TRASTORNOS MENTALES POR COVID-19, ¿QUIÉN SE HACE CARGO?
Por Arturo Rivero
¿Y quién se hace cargo de los trastornos mentales provocados por Covid-19 en los trabajadores, en el personal de la salud, en los que sobreviven después de haber sido contagiados, o de los que perdieron a familiares o amigos? … la respuesta es: NADIE.
En el Senado de la República se empuja una iniciativa que busca reformar la Ley General de Salud y adicionarle un artículo 76 Bis, que obligue a la implementación de medidas prioritarias en salud mental en emergencias sanitarias.
En dicha propuesta de artículo destacan dos aspectos:
Que la Secretaría de Salud, los gobiernos de las entidades federativas y el Consejo de Salubridad General, en caso situaciones de emergencia dicten inmediatamente las medidas indispensables en materia de salud mental orientadas a la prevención, detección temprana y atención de trastornos mentales, así como de prevención y postvencion del suicidio, en especial de los enfermos y sus familias, de las personas con condiciones médicas preexistentes físicas y/o mentales, de los trabajadores de la salud, especialmente enfermeras y médicos que trabajan directamente con pacientes en cuarentena
Y que las personas que presenten algún trastorno mental, tanto en el sector público como privado, puedan ser incapacitadas con base a las normas oficiales mexicanas.
La pandemia agravó el problema de los trastornos mentales que miles de mexicanos y a otros que no lo sufrían los atrapó.
En México 1 de cada 4 personas de 18 a 65 años han padecido, en algún momento de su vida, un trastorno mental.
Pero 1 de cada 5 que lo padecen reciben tratamiento, revelan datos de un estudio de la Organización Mundial de la Salud.
El tiempo que demoran los pacientes para recibir atención en un centro de salud de México, oscila entre 4 y 20 años, según el tipo de afección.
DE SALIDA AL CHECADOR
La División de Psiquiatría de la University College London7 asegura que los sobrevivientes de SARS y MERS similares al SARS COV-2, están en riesgo de enfermedades mentales como depresión, ansiedad, fatiga y trastorno de estrés postraumático en los meses y años posteriores al alta hospitalaria.
Imagínese lo que sucede con todos aquellos que han tenido que atender a decenas de miles de mexicanos para ayudarlos a sobrevivir.
Un país y sus habitantes que ven morir, o son testigos de la muerte de más de 73 mil personas en seis meses es una cosa demencial que pone al más picudo al borde de la depresión, y algunos, de la locura.