En México 62 por ciento de los trabajadores son víctimas de mobbing, un tipo de acoso laboral que pueden dañar su integridad y salud. 

De acuerdo con una investigación realizada por la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), contrario a lo que se pudiera pensar, el mobbing no respeta géneros ni jerarquías. 

El estudio señala que 60% es acoso descendente, es decir, de jefe a subordinados, y el 10% de los casos es de tipo ascendente, de subordinado a jefe. En tanto, 20% se da entre pares y 10% es mixto cuando intervienen el jefe y otros miembros. 

De acuerdo con la doctora Erika Villavicencio, de la Facultad de Psicología, las consecuencias son sicológicas, biológicas y laborales. 

Hay reducción de productividad, ausentismo, renuncia, tendencia a enfermarse, insomnio, estrés y hasta pánico. Se encontró que 30% de los afectados tiene malestares graves o crónicos y experimenta falta o exceso de apetito. 

La investigadora detalla que el propósito del mobbing es agotar mentalmente al trabajador, dificultar sus tareas diarias e incluso llevarlo a la renuncia. Se manifiesta a través de rumores, calumnias, mentiras, aislamiento, exclusión, insultos, amenazas e indiferencia. 

La magnitud del fenómeno es tal que, según la investigación, 66% de los trabajadores que sufren mobbing ha abandonado su trabajo y 27% no logra superar sus efectos, sólo 20% reporta ser víctima. 

Uno de los problemas más graves es que 85% de las empresas no tiene estrategias de intervención para atender este problema. 

Fuente: Laura Toribio/ Excélsior