El Pulso Laboral

Lunes 25 mayo 2015

02:30 pm

Mundo Laboral y RR.HH.

Una renta universal podría reducir la pobreza extrema en México

Por: Redacción/ El Pulso Laboral

Si México generaliza el cobro del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en alimentos y medicinas, y elimina otros subsidios al consumo, y con dichos recursos financia una renta universal, habría una reducción en la desigualdad en el ingreso y de la pobreza extrema en el país, afirmó John Scott, profesor-investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Durante una entrevista con Excélsior, explicó que el actual sistema de exenciones fiscales al consumo es regresivo, es decir beneficia más a los hogares de mayores ingresos, tal como lo muestra cada año la Secretaría de Hacienda en su documento de Presupuesto de Gastos Fiscales.

El experto comentó que la renta universal beneficiaría más, en términos relativos, a los hogares más pobres, puesto que la transferencia representaría una fracción importante de su ingreso actual, mientras que para las personas más ricas, el monto tendría poco impacto en su ingreso.

La propuesta

John Scott, quien también se desempeña como investigador académico del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), dijo que la 
propuesta consiste en financiar la diferencia entre el ingreso promedio de las personas en pobreza extrema y la línea de bienestar mínimo que mide el Coneval.

El ingreso medio de los pobres extremos es como 600 pesos al mes, y la línea de pobreza está como en mil pesos, entonces la renta universal sería de 400 pesos, cuyo costo sería cercano a 3 puntos del PIB. Con esto no todos los pobres extremos saldrían de esa situación, pero al menos sí los pones en un punto inicial de ingreso mucho mejor”.

El académico comentó las ventajas de una renta universal así planteada: “Es fiscalmente viable, al ser modesta no genera desincentivos al trabajo, reduce a cero el error de exclusión de personas pobres, no está condicionada al ingreso de la gente, e incentivaría el registro al sistema fiscal y bancario”.

Mencionó otra ventaja: “al ser efectivo, la renta universal va directo al beneficiario, y no tiene en cuenta la calidad de los servicios públicos. Buena parte del gasto social es en servicios, como educación y salud. Ahí no sabes cuánto de cada peso se queda en sindicatos, en corrupción, y cuánto al final le queda al pobre”.

Objeciones

Scott reconoció que la mayor objeción a la renta universal es que el Estado tenga que dar lo mismo a un pobre y a un rico.

Es una reforma difícil de explicar: cobrar más impuestos y luego retribuir a los pobres con lo mismo que a Carlos Slim. Pero la principal defensa es decir que el sistema actual de exenciones al IVA, que tiene la “buena intención” de no afectar el bolsillo de los pobres, es mucho más profundizador de la desigualdad”.

Explicó que en el mundo ideal, la mejor propuesta sería generalizar el cobro del IVA y compensar sólo a los hogares más pobres, pero que esto aún no es posible en México debido a que los programas sociales mejor focalizados –en el que destaca Prospera– no llegan a toda la población pobre.

Finalmente, Scott recalcó que ante la desconfianza que hay en el gasto público, la única forma de hacer viable el cobro general de impuestos es comprometerse a compensar a la población pobre.

No puede ocurrir como en las gasolinas, que se eliminó el subsidio pero como no hubo compensación, los pobres fueron los más perjudicados por el alza en el transporte público y otros bienes relacionados con la gasolina”, dijo.

Fuente: Paulo Cantillo/ Excélsior

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