El Pulso Laboral

Lunes 25 mayo 2015

02:30 pm

Mundo Laboral y RR.HH.

Bajar impuestos ¿y recaudación?

Por: Redacción/El Pulso Laboral

Cuando en enero de este año el impuesto corporativo en EU bajó de 35 a 21% como consecuencia de la reforma de Trump, las empresas mexicanas señalaron que el país perdía competitividad fiscal.

El sector empresarial clamó que la tasa impositiva similar en México debía reducirse, ya que la tasa efectiva es cercana a 30 por ciento.

Sin embargo, las autoridades hacendarias respondieron que ello comprometería la salud de las finanzas públicas, ya que la recaudación bajaría y con ello aumentaría el déficit, pero surgieron varias propuestas donde, con otras medidas tributarias, se podría compensar la pérdida de la recaudación por bajar la tasa del impuesto corporativo, por ejemplo, un IVA generalizado que termine con los regímenes especiales, las exenciones y la tasa cero podrían compensar dicha pérdida recaudatoria. Sin embargo, la autoridad no quiso hacer cambios previo al inicio de un nuevo gobierno.

En 1977, el economista Arthur Laffer popularizó el concepto de la “curva de Laffer” para sustentar su hipótesis de que a cierto nivel de tasas impositivas, es posible, al disminuirlas, aumentar la recaudación debido a una mayor base tributaria. Además, la baja tiene un efecto positivo sobre la inversión que estimula el empleo y el crecimiento y, a su vez, un efecto de segunda vuelta, al elevar más la recaudación. Laffer pertenecía a la escuela de la “economía de la oferta” (supply siders), una tesis opuesta al enfoque tradicional que sostenía que las bajas de impuestos, al propiciar caída en recaudación y un déficit público deprimen a la demanda agregada y, por ende, al crecimiento.

En Estados Unidos, al menos en los periodos iniciales de las bajas de impuestos, la tesis de Laffer funcionó. Los gobiernos de Kennedy, Reagan, Bush (padre), Clinton y ahora Trump presentaron reformas que bajaron diversas clases de impuestos. En todos los casos, al menos inicialmente, la recaudación no cayó debido al estímulo económico que impulsó la inversión y, por ende, al crecimiento del PIB.

En el caso de la baja de Trump, la recaudación subió 12% (en dos trimestres) y la economía elevó su crecimiento; el último dato fue una expansión anual de 4.1% del PIB.

Existe una amplia literatura que presenta la evidencia del impacto positivo señalado por Laffer. Por ejemplo, un estudio del FMI del 2010 muestra 170 casos donde la reducción de impuestos tuvo efectos positivos sobre el crecimiento económico.

Esta evidencia debería propiciar que las próximas autoridades hacendarias de México revisaran una posible reducción del impuesto corporativo sin que necesariamente baje la recaudación y el crecimiento en el corto plazo. No obstante, para lograr un crecimiento económico sostenido, Urzúa y su equipo deberán armar un paquete integral de políticas macroeconómicas donde las opciones tributarias son sólo un componente.//El Economista