Una encuesta realizada por la firma Willis Towers Watson señala que al inicio de la Jornada Nacional de Sana Distancia, entre marzo y abril, 2% de las empresas reportaba un impacto negativo en su productividad por el teletrabajo. Para junio, ese porcentaje creció a 7 por ciento.

El estudio se realizó con base en un sondeo a 143 empresas en México, que en conjunto tienen más de 514,000 empleados. Los resultados se incluyeron en el reporte Covid-19: Impacto en los negocios y en los beneficios.

“Muchos colaboradores tomaron el home office como novedoso”, comenta en entrevista Omar Viveros, director de Salud y Beneficios de Willis Towers Watson. “No tenían otra opción, no podían salir al cine, a la calle, por eso muchos se refugiaron en el trabajo” y la productividad creció, explica. “Pero con el paso del tiempo, esto no perduró”.

A lo largo de este medio año, en la aparente calma, han sucedido muchas cosas en casa. Como desarticular las propias rutinas una y otra vez, y subir y bajar en el estrés, al tiempo que muchos empleadores han aumentado las tareas a sus trabajadores. “Estar encerrados nada más trabajando” tiene sus costos.

No importa la industria, el desacomodo y las implicaciones mentales le han pegado a la gran mayoría. “Nuestros clientes nos comentan que ya les da lo mismo el sábado que el jueves, el martes que el domingo”.

Los días de la semana se han ido desdibujando para gran parte de quienes teletrabajan y también las jornadas. “Nos dicen que laboran hasta altas horas de la noche. Duermen un poco, se despiertan, desayunan y de ahí a la computadora hasta la noche otra vez, con pequeños espacios para alimentarse”.

Y si muchas personas no han podido resistir un ritmo de trabajo como ese sin consecuencias, las empresas tampoco, dice Viveros.  “Ninguna compañía puede permitir que estas tendencias sigan. Muchas están creando protocolos para el regreso, pero sin riesgo”.

¿La opción es volver?

Antes de la pandemia, muchas empresas medianas y grandes en México ya tenían políticas laborales de flexibilidad, como el trabajo a distancia. Pero, según Omar Viveros, también muchas “se dieron cuenta que no les funcionaba y estaban en el proceso de regresar a la oficina o ya lo habían hecho”.

En esta pandemia, de acuerdo con el estudio de Willis Towers Watson, 57% de las empresas implementó el trabajo en casa obligatorio para la mayoría de los empleados. El 33% alternó equipos en la oficina o llegó a acuerdos de equipos divididos. Y el 18% optó por reducir la semana laboral.

Tanto a las organizaciones como al personal “nos tocó aprender a trabajar desde casa. Incluso aquellas personas que tenían que seguir saliendo debieron reinvertar sus procedimientos. Y lo tuvimos que aprender de golpe”, señala Viveros.

Sin embargo, el apoyo que ha tenido el personal en estos meses quizá no haya sido el mejor. Sólo 7% de las compañías ha proporcionado un subsidio de telecomunicaciones. Ese mismo porcentaje ha otorgado prestaciones para que tengan un equipo de trabajo y el mismo, también, para el servicio médico.

Aquellas que sí destinan un presupuesto para los servicios de telecomunicaciones de los empleados, 82% les paga entre 1 y 49 dólares. Y el l8%, entre 50 y 499 dólares.

Necesidad de nuevas estrategias

A seis meses de que el nuevo coronavirus se presentó en México, el país está en medio de una fase en la que muchas personas siguen laborando en casa y otras que o salieron a hacerlo todo este tiempo, o han tenido que comenzar a salir. Por lo que Recursos Humanos debe construir otras estrategias, dice Omar Viveros.

Las empresas más grandes o trasnacionales, informa, “están ampliando los beneficios de gastos médicos” privados a trabajadores que antes sólo estaban afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Al presentarse casos de contagio entre su personal, se dieron cuenta que la atención en el sistema público no siempre era las más rápida.

El 67% ya revisaron o actualizaron sus protocolos de seguridad en el lugar de trabajo. El 25% tiene acciones al respecto planeadas, 5% apenas lo está considerando y 4% no lo tiene entre sus planes. Además, 55% ya reconfiguró los espacios de trabajo para mantener el distanciamiento social.

El estudio indica además que 34% de las empresas está pidiendo o ya tiene un plan para solicitarle al personal una prueba clínica que demuestre que no tiene Covid-19 para poder entrar a las instalaciones. Otro 24% lo está considerando.

Para construir los planes de regreso y “para identificar las preocupaciones de seguridad, bienestar y necesidades”, sólo 33% ha consultado a sus empleados y empleadas. Y lo han hecho por ejemplo, por medio de encuestas o focus groups virtuales.

Un avance importante, destaca Omar Viveros, es que ya hay más empresas que están prestando atención a la salud mental de su plantilla laboral. El estudio indica que para 49% una de sus prioridades será mejorar los servicios de salud mental y la gestión del estrés en los próximos seis meses. Factor Capital Humano