El Pulso Laboral

Lunes 25 mayo 2015

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Mundo Laboral y RR.HH.

Artesanos , sin garantía al incorporarse al SAT

Por: Claudia Cervantes

Viernes 1 de julio de 2016 


La firma de un convenio gubernamental y la buena voluntad no son garantía de que la próxima incorporación de los artesanos mexicanos al Sistema de Administración Tributaria tenga un impacto positivo en su calidad de vida y en la economía nacional.

Así lo señaló Francisco Javier Saucedo Pérez, colaborador del Centro Internacional de Investigación de la Economía Social y Solidaria en México (CIIESS) con sede en la Universidad Iberoamericana, quien dijo que incorporar a los artesanos mexicanos a la formalidad, en una economía recesiva, será un esfuerzo que podría caerse “más temprano que tarde” por “falta de rigor y de bases materiales”.

En el marco del Día Internacional de las Cooperativas, a celebrarse este sábado 2 de julio, subrayó que la apuesta del gobierno debería ser a favor de las cooperativas, cuya conformación se ve cada vez más obstaculizada por procesos legislativos y de apoyo crediticio, lo que las mantiene al margen de muchos beneficios.

Saucedo señaló que antes de decretar esta medida como una forma de incorporar contribuyentes al Servicio de Administración Tributaria, debía responderse a otros problemas fundamentales como son el desarrollo y el crecimiento económico, pues actualmente en México no se están generando buenos ni mejores empleos que los que ya se tienen.

“En el ámbito de las artesanías existe una población que se cuantifica en cerca de seis millones de personas, a las cuales se les quiere incorporar en la economía formal, pero sin haber dado los pasos previos”, subrayó el especialista de la Ibero.

Antes de ofrecer créditos y seguridad social a los artesanos, lo ideal sería generar sociedades cooperativas que puedan incorporarse al fisco, pero que al mismo tiempo reciban información clara sobre la forma en que se verán favorecidos en la producción y comercialización de sus artesanías, así como sobre los instrumentos que les brinden la certeza de que su producción generará el consumo deseado, señaló.

“La apuesta debería ser por la concreción de empresas de carácter social que un sector como los artesanos podrían constituir, para entonces sí, entrar a la legalidad, pero de una forma viable”, enfatizó el estudioso, quien aseguró que el gobierno no puede esperar que, por mera voluntad, los artesanos busquen incorporarse a las acciones del convenio firmado por el Servicio de Administración Tributaria y la Secretaría de Desarrollo Social.

“Mientras no se marque un camino estructurado con las bases necesarias para la incorporación, se entra en un juego de credibilidad. No basta con un decreto presidencial”, finalizó.

Aunque el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart) tiene como misión mejorar la calidad de vida de los artesanos mexicanos, sus políticas les impiden salir de la pobreza y restringen su creatividad. Esto de acuerdo con Alina Schmidt Sánchez, alumna de la Maestría en Estudios de Arte, quien realiza el proyecto de investigación Los disparates de Fonart: entre la creatividad y el asistencialismo.

De acuerdo con Schmidt, los programas de la institución, enfocados en la capacitación integral, asistencia técnica, apoyos a la producción, apoyos a la comercialización, adquisición de artesanías y salud ocupacional, son ineficientes en su aplicación, pues no corresponden a la realidad social y económica mexicana, ya que “se basan en un asistencialismo económico que no cubre el grave problema nacional en el que está inmerso el sistema artesanal”.

Con el Fideicomiso para el Fomento de las Artesanías como antecedente, Fonart fue creado por decreto presidencial de Luis Echeverría el 14 de julio de 1974. Tras ello se ha dedicado a fomentar la creación artesanal por medio de programas de apoyo social, políticas de desarrollo, promoción y comercialización artística.

Sin embargo, al formar parte del Sistema Nacional de la Cruzada contra el Hambre y del Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y Delincuencia, Fonart decanta la población de artesanos a la que puede brindar apoyo, pues los beneficiarios deben situarse debajo de la línea de bienestar, dijo Schmidt.

“La institución no permite que los artesanos vuelvan a recibir apoyo si estos mejoran su situación económica, además de que les prohíbe formar parte de algún otro programa del Estado”, apuntó.

En cuanto al apoyo económico, señaló que cada artesano no puede recibir más de 15 mil pesos anuales o 225 mil por grupo, ya sea en metálico o en especie. Todos los beneficiarios deben vivir bajo la línea de pobreza, así como sus creaciones deben cubrir con los requisitos de la matriz de diferenciación entre artesanía y manualidad.

“El monto del apoyo al artesano, aunado a las condiciones para recibirlo, lo colocan en un círculo vicioso, pues para seguir en el programa tiene que mantenerse en el límite de pobreza”, subrayó la joven investigadora de la Ibero, cuya Maestría en Estudios de Arte mantiene convenios de colaboración con instituciones como el Museo del Objeto del Objeto y la Universidad de Lyon, Francia.

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