Martes 25 de octubre de 2016
En México, seis de cada diez personas de la población económicamente activa carecen de un esquema de protección financiera que les garantice los recursos económicos suficientes para gozar de un retiro digno.
A decir de la Dirección de Vida y Pensiones de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros, la AMIS, reconoce que la situación actual de los adultos en edad productiva es preocupante.
Expone que cuando las personas llegan a los 65 años, muchos dependerán económicamente de terceros, es decir, de sus hijos, familiares, de asilos, o de la propia asistencia social, porque no tienen planes formales de retiro y, por lo tanto, no tendrán los recursos económicos para poder ser independientes en sus necesidades básicas.
Así también, la AMIS explica que el monto de la pensión que recibirá un trabajador que cotice en un esquema de seguridad social, IMSS o ISSSTE, al momento de su retiro laboral, dependerá de diversos factores como la edad de retiro, los años cotizados, el crecimiento salarial, permanencia en el mercado laboral formal, los rendimientos que haya generado, el saldo acumulado y sobre todo las aportaciones voluntarias.
Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el INEGI, informa que solo el 17 por ciento de adultos mayores recibe una pensión. En México el ahorro para el retiro se ubica debajo de la media internacional que es aproximadamente del 17 por ciento.
En este contexto, vemos que los trabajadores afiliados al IMSS ahorran el 6.5 por ciento de su salario, mientras que quienes cotizan al ISSSTE aportan solo el 11.3 por ciento para su retiro.
Ejemplificando: si alguien durante toda su vida ganó diez mil pesos mensuales, al final recibirá alrededor de tres mil pesos para vivir su vejez.
Lo que recomienda la AMIS es que nos acostumbremos a realizar aportaciones voluntarias a nuestra cuenta de retiro.
