El Pulso Laboral

Lunes 25 mayo 2015

02:30 pm

Recursos Humanos

¿Tienes el síndrome del emprendedor impostor?

Por: Redacción/ El Pulso Laboral

Hace poco estaba leyendo sobre el síndrome del impostor, el miedo de en realidad no ser tan capaz como deberías de serlo. Aparentemente es un miedo común entre la gente exitosa, especialmente en mujeres destacadas, como Sheryl Sandberg de Facebook y la actriz Jodie Foster, de acuerdo con Quartz.

De hecho, puedes hacer un test para descubrir si padeces de esta condición que produce ansiedad. 

Yo hice la prueba y mi resultado salió bastante limpio. Me sorprendió, pero lo cierto es que a estas alturas de mi vida tengo muy claras cuáles son mis fortalezas y debilidades. Luego de una carrera de éxitos y fracasos humillantes, creo que mi imagen personal ya es muy clara. 

El artículo sobre el síndrome señala que esta condición es común entre las personas que se fijan metas imposibles de alcanzar. Y cuando de hecho logran conseguir un objetivo, simplemente se ponen escalones más altos, lo que los deja eternamente insatisfechos con sus propios logros. 

Debes reírte de la ironía: los llamados overachievers son las últimas personas que deben preocuparse por ser falsos. Los verdaderos fraudes, los emprendedores que dañan a sus propias empresas, son aquellas que creen que lo saben todo. Los expertos y gurús autoproclamados, los que quieren hacer todo dentro de su negocio porque sienten que nadie puede manejar las cosas mejor que ellos, son las personas que no merecen tener sus egos tan inflados. 

Esto me lleva a analizar otro factor del síndrome del impostor: la madurez. Cuando somos jóvenes creemos que el mundo gira a nuestro alrededor. Pensamos que somos más inteligentes y capaces que todos los demás. Pero el tiempo y la experiencia tienen la “maldita costumbre” de enseñarnos humildad y darnos perspectiva. Se llama crecer. 

Por supuesto, yo era muy arrogante y creído cuando era joven. Pensaba que tenía todas las respuestas y odiaba admitir que estaba equivocado, algo que era real la mayor parte del tiempo. Pero muy dentro de mí sabía la verdad. Era una persona sumamente insegura. Ese no es síndrome del impostor, pero una sobrecompensación defensiva resultado de ser joven y estúpido. 

Algunas preguntas del test parecían indicar que las personas con el síndrome del impostor generalmente se preguntan si sus logros son solo resultado de la suerte y no de un esfuerzo verdadero. Tal vez una de las razones de esto es porque nuestra sociedad asocia el éxito con un estado de privilegio suerte, en lugar de adjudicarlo como se debe al trabajo duro.  

Todo el tiempo escuchamos que si alguien triunfó fue porque alguien lo ayudó o porque estaba en el lugar correcto en el momento indicado, pero esto es un mito muy dañino. En mi experiencia, el éxito y la suerte son fenómenos independientes que en realidad no están relacionados.

Las personas exitosas hacen su propio destino trabajando duro, con buenas decisiones, tomando riesgos y haciendo lo que tienen que hacer. 

Eso no es pura suerte. Ni siquiera se le parece. 

¿Realmente quieres saber que impulsa a las personas triunfadoras? La respuesta es la pasión por su trabajo. Siempre están luchando para hacer más. Sus etas nunca son lo suficientemente altas. Y aunque a veces proyectan confianza y fuerza, en el fondo tienen las mismas inseguridades y miedos que todos los demás. Es parte de la condición humana. 

Sin importar que tan exitoso seas, todos tenemos que luchar con un poco de dudas en el fondo de tu corazón. Así que creo que todos sufrimos un poco del síndrome del impostor.  Fuente: Entrepreneur

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