El Pulso Laboral

Lunes 25 mayo 2015

02:30 pm

Recursos Humanos

Violencia, genera respuesta agresiva

Por: Adriana Rodríguez

La violencia cotidiana que se da en las calles o en las avenidas de la ciudad de México por llegar a tiempo al trabajo o ganar un espacio para avanzar con más rapidez, crea una frustración permanente y con frecuencia nos lleva a una respuesta agresiva.

De acuerdo con el doctor en Teología por la Universidad de Lovaina, Elías López Pérez, S.J., las personas tienen que estar al pendiente de trabajar mentalmente en su estrés para no transformar las frustraciones diarias en agresividad ya sea en el ámbito familiar, social o laboral.

López Perez, también licenciado en Psicología por la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, expuso que para atacar este tipo de problemas cotidianos, se trabaja en el aquí y el ahora y que uno debe recurrir a sus fuentes de vida, es decir, recordar a sus seres queridos o momentos placenteros cada vez que suceda algo que nos altere.

“Una de las líneas que se trabaja hoy, es el de la conciencia plena que es intentar conectarse con el aquí y el ahora y con las fuentes de vida que cada uno lleva dentro, para desde ahí, no responder agresivamente a los estímulos negativos que hay en el exterior”, afirmó Elías López, también director del Servicio Jesuita para Refugiados (SJR).

Respecto a la indiferencia que se muestra entre los ciudadanos de las grandes urbes a un entorno violento, mencionó que en una sociedad tan compleja como ésta y con los antecedentes de violencia que existen, es usual que la gente de algún modo tienda a protegerse y no meterse más allá de lo que le corresponde.

Sin embargo, destacó que “sin unos ciudadanos comprometidos, sería imposible cambiar esta situación y para ese trabajo debe haber un refuerzo en los valores personales, una conversión personal y de los ciudadanos en su conjunto”.

Por otra parte, recomendó trabajar con los niños, porque ahí es donde comienza todo debido a que los hijos van a repetir las conductas de los padres. En esta etapa resultan determinantes las relaciones primarias, es decir, las que se dan entre padres, hijos, hermanos, tíos, abuelos; de aquí se parte para arribar a relaciones secundarias como lo es la escuela y donde el niño exhibirá lo que se le enseña en casa.

Finalmente, recomendó hacer sentir a los niños cariño, debido a que en el primer año de vida el sentimiento de autoestima resultará fundamental para su vida. Crearle un espacio seguro, cálido para que en los primeros años identifique quién es y que es un ser muy querido. Prevenir el maltrato escolar de manera temprana para que no crezca con frustraciones y tampoco reaccione de manera violenta o negativa en un entorno violento como se vive en México.

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