Esta semana una encuesta realizada por la consultora de Recursos Humanos Randstad reveló que 71 por ciento de los jóvenes (y el 85 por ciento de los universitarios) utilizan Internet para buscar trabajo.

Pero no solo de Facebook y Tuenti vive el hombre. Las redes sociales profesionales como Viadeo, Xingo LinkedIn están cobrando cada vez más peso, eso sí, entre su público objetivo (directivos, empresarios, emprendedores…).

“Lo más importante de este hecho es permite observar cómo las redes se están erigiendo como plataformas que brindan la oportunidad a sus usuarios de aunar su ámbito profesional con el personal para facilitarle, en definitiva, una mejor presentación, proyección e imagen de cara a conseguir más contactos, clientes o posibilidades reales de trabajo”, indica el documento.

Mientras este proceso madura, en la actualidad las empresas recurren frecuentemente a las redes sociales para conocer un poco más a los candidatos que aspiran a trabajar en ella y a los que ya lo hacen. En este punto es cuando Internet puede convertirse en tu peor enemigo. Sonado ha sido el caso de la chica británica que fue despedida porque su jefe vio en Facebook que había escrito un post comentado que se aburría en su trabajo.

El Gran Hermano de las redes sociales ya ha ocasionado a más de uno problemas en su trabajo y es que hay que tener sumo cuidado con las imágenes que se cuelgan, los comentarios que se realizan… nunca sabes quién puede estar observando (ni con qué intenciones).

A pesar de todo, que los trabajadores miren páginas como Facebook o Youtube en su puesto de trabajo puede incrementar su productividad hasta en un 9 por ciento.

No lo dicen ellos mismos, sino la Universidad de Melbourne (Australia), en concreto los resultados del estudio realizado por su departamento de gestión y márketing, dirigido por el profesor Brent Coker, que asegura que las personas que navegan en el trabajo por placer, con un límite de menos del 20 por ciento del tiempo total que están en la oficina, "se concentran más y mejor que aquellos compañeros que no lo hacen".

¡Tal vez podamos emplear nuestro productivo tiempo libre en el trabajo para revisar nuestros perfiles y espacios en las redes sociales y evitarnos más de un disgusto!