En México aún existen muchas barreras para que las mujeres incursionen en el mundo empresarial.

Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la incursión laboral femenina sigue siendo inferior a la masculina y disminuye aún más cuando se trata de mujeres casadas.

“La tasa promedio de participación ahora es de 53 por ciento”, indica el documento Mujeres emprendedoras en América Latina y el Caribe: realidades, obstáculos y desafíos.

¿Qué impulsa a la mujer a tomar la decisión de emprender? Las razones son variadas y numerosas, pero se ha encontrado que la segregación, la escasa flexibilidad de horarios que ofrecen las empresas y la falta de autonomía para el desempeño profesional son algunas de las principales causas que la orillan a crear su propio medio de desarrollo y generación de riqueza.

Intervienen además factores personales como la falta de balance entre la vida personal, familiar y profesional o conflictos generados en el hogar por el tiempo que demanda su actividad profesional.

En un mundo sólo el 16 por ciento de los puestos directivos son ocupados por mujeres, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y en un país donde sólo uno de cada cinco puestos de alta dirección es ocupado por el sexo femenino.