El Pulso Laboral

Lunes 25 mayo 2015

02:30 pm

Recursos Humanos

Inteligencia emocional y el éxito financiero

Por: Adriana Rodríguez

Jueves 28 de abril de 2016

En la actualidad no existe ninguna prueba estandarizada para medir el coeficiente de inteligencia emocional como los que se utilizan para medir el coeficiente intelectual. En los últimos años, se ha descubierto que este tipo de inteligencia es fundamental para determinar el éxito social y financiero de las personas.

Aprender a conocernos mejor, a predecir nuestras reacciones y a saber qué es lo que nos hace sentir nerviosos, nos permite evitar las situaciones desagradables y, por el contrario, favorecer los momentos de comodidad.

Al tomar decisiones financieras es de suma importancia que nuestras emociones se encuentren estables y controladas. No debemos dejarnos llevar por impulsos ni "corazonadas". Debemos aprender a razonar fríamente en asuntos de dinero, analizando los pros y contras de todas las inversiones.

Es importante desarrollar al máximo nuestra capacidad de análisis y observación tanto de las personas como de las instituciones financieras.

La inteligencia laboral es también fundamental en el trabajo que desempeñamos día a día. Ésta nos permite desarrollar relaciones de trabajo exitosas y a no involucrar nuestros sentimientos en el ámbito laboral.

Las personas que saben tratar a todo tipo de personas y que saben adaptarse a las situaciones emergentes, controlar la frustración y responder con tranquilidad ante el estrés, llegan a tener más éxito en su trabajo. 

Aumentar la inteligencia emocional es una de las tareas más difíciles que puede enfrentar el ser humano. No existe un método único y eficaz para lograrlo.

Es importante poner atención a nuestra salud física para mejorar la emocional. Una alimentación adecuada y ejercicio regular reducen el estrés y mejoran la concentración. 

Cada persona es diferente y, por lo tanto, las actividades de relajación varían de individuo a individuo. Es recomendable detenerse un momento a pensar en qué cosas nos hacen sentir tranquilos, cuáles son nuestras pasiones, nuestros pasatiempos preferidos y destinar al menos tres horas cada semana para realizarlos.

Es importante no dejarse llevar por los impulsos. Ante una situación difícil siempre es recomendable respirar profundo, distraerse del problema unos minutos (o incluso unas horas) para tomar una decisión más racional y menos visceral. Practicar esto diariamente hará que poco a poco nos acostumbremos a dejar atrás los impulsos.

Mejorar las relaciones con la familia. Una persona que se siente bien con sus seres queridos es más estable y puede tomar mejores decisiones en otros ámbitos. Es importante cultivar las relaciones con las personas más importantes en la vida, que son nuestros familiares.

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