El Pulso Laboral

Lunes 25 mayo 2015

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Recursos Humanos

Cómo ayudar a un empleado deprimido

Por: Adriana Rodríguez

Ciudad de México 3 de Mayo 2016

 

Decir que un empleado está deprimido es, a menudo, una forma demasiado general de describir una amplia variedad de situaciones.

Una persona en el trabajo puede estar triste por una situación puntual, puede que se la vea sin energía o que tenga una actitud negativa permanente, pero no por ello significa que esté deprimida.

Sin embargo, es innegable que la depresión es un mal característico de la sociedad moderna, y de las empresas en particular.

En los países desarrollados o en desarrollo, afecta a entre el 10 y 20por ciento de la población, y en el 72 por ciento de los casos se trata de personas que aún están en edad laboral. La depresión es además la enfermedad que más afecta a los adolescentes a nivel mundial.

Las organizaciones deben estar preparadas para lidiar con la realidad de que un gran número de sus trabajadores están o estarán deprimidos.

Eso significa una importante merma en la productividad, ya que un empleado deprimido está desconectado de su trabajo y lo realiza de forma menos efectiva.

El aumento del ausentismo, la reducción de la productividad y el incremento de los accidentes en el lugar de trabajo son algunas de las consecuencias de contar con un gran porcentaje de empleados deprimidos.

Atacar esta problemática, entonces, no sólo responde a la preocupación de la empresa por la salud mental de sus empleados, sino de cuidar la eficacia de los mismos a la hora de realizar su trabajo.

Antes de pensar en recuperar la productividad del empleado, se debe poner el foco en su bienestar. La prioridad para la empresa debe ser asegurarse que éste reciba el tratamiento adecuado a tiempo, ya que de otro modo puede ver agravado su problema e incluso se corre el riesgo de que la persona atente contra su vida. Una vez asegurado el bienestar del empleado, la empresa  se verá beneficiada por las consecuencias positivas.

Las claves son el acceso rápido y efectivo al tratamiento y entrenar a los mandos medios para detectar y derivar estos casos a profesionales preparados. También es recomendable promover políticas de salud, para que los trabajadores estén al tanto de los riesgos de la depresión y se acerquen a un profesional ellos mismos si creen que están deprimidos. El mejor escenario es aquel en el que el empleado se siente contenido por la organización y sabe que tiene a disposición los recursos para superar la depresión.

 

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