Aunque la Secretaría de Salud del Estado de México inyectó casi mil millones de pesos a la deuda que mantiene con distribuidores de medicamentos y dispositivos médicos, ésta sigue creciendo.
"A las empresas pertenecientes a la Asociación Nacional de Distribuidores de Insumos para la Salud ha hecho pagos mínimos pero sigue solicitando más productos, actualmente se tiene el mismo nivel de deuda que reportamos de compra consolidada por 376 millones de pesos (2016 y 2017) y 939 millones de pesos por otros servicios", dijo Carlos Ramos, director ejecutivo de la Asociación.
"La deuda sigue creciendo, tan es así que al 11 de mayo la entidad debe ya más de mil 315 millones de pesos", agregó.
Aseguró que ANDIS representa al menos 70 por ciento de sus compras, y apenas ha dado algunos recursos para subsanar ligeramente su adeudo, sin llegar a las cifras que prometió el titular de la Secretaría de Salud del Estado.
"A pesar de que cada vez hay más manifestaciones de médicos y enfermeras sobre la falta de abasto en las instituciones de salud mexiquenses, no vemos para cuándo se liquide el adeudo. Nunca había acumulado tal nivel de adeudo", dijo.
Enfatizó que el principal temor de las empresas distribuidoras de medicamentos y otros insumos es que con el cambio de gobierno estatal se desconozcan los adeudos.
Distribuidores de medicamentos ajenos a la ANDIS también han denunciado la falta de pago.
La queja QIC062016 iniciada ante la Contraloría del Estado de México en contra del Secretario de Salud del Estado de México y dependencias financieras de ese organismo revela el incumplimiento en el pago por la adquisición en 2016 por un total de 53 millones 563 mil 416 pesos por concepto de Biológicos.
"El incumplimiento que se actualiza a pesar del contar con los recursos propios del ramo 33, es decir, la Federación destina fondos bastos y suficientes para la adquisición de esos insumos, por lo que en un sentido estricto se cuenta con la liquidez para su adquisición, por lo que ya deberían estar pagados, pero eso no ha sucedido", argumentan las empresas quejosas.
Fuente: Arely Sánchez/ Reforma
