El Pulso Laboral

Lunes 25 mayo 2015

02:30 pm

Seguridad Social

Pensiones, riesgo populista

Por: Redacción/ El Pulso Laboral

Sin importar el color del partido triunfante en las elecciones del domingo pasado en el Estado de México, el populismo fue el verdadero ganador. Esto es un mal presagio para el 2018. En aras de obtener el voto popular, se ofrecieron "salarios rosa' (PRI) y pensiones universales (PAN y PRD). Estas políticas pudieran justificarse por razones de solidaridad, justicia y cohesión social, pero si no vienen acompañadas de propuestas viables para su financiamiento - como fue el caso- se tornan en populismo peligroso.

En el tema de las pensiones, el riesgo populista aumenta, pues la población de la tercera edad está creciendo aceleradamente y sus votos son muy preciados. Para el 2025 se espera que el número de habitantes dependientes sea mayor al de la población económicamente activa (14 a 65 años). Debido a problemas en la formación de recursos humanos y de integración al mercado laboral formal y estable; el país está desperdiciando su bono demográfico sin generar las tasas de ahorro requeridas para jubilar a sus adultos mayores en forma responsable.

Las medidas que hasta ahora se han tomado para financiar el retiro de la población de la tercera edad han sido insuficientes e inconexas, lo cual ha generado ineficiencias en el gasto y han abonado a la fragmentación e inequidad del sistema de pensiones. De acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación, en el 2012 existían 105 planes de pensiones en el sector público federal (incluyendo organismos autónomos), de los cuales apenas 16 eran de contribuciones definidas (AFORES). Existían además los de cada entidad federativa y los de las universidades estatales. Éstos generalmente complementarios de la pensión del IMSS o del ISSSTE.

Casi todos estos programas carecen de fondos suficientes y sus beneficios pensionarios rebasan los del resto de los trabajadores fórmales. Para su pago, los estados, año con año, quitan recursos al presupuesto de educación, salud e infraestructura. Esto tiene consecuencias funestas en materia de movilidad social por el daño que se hace a la formación de capacidades de los jóvenes.

Y aunque la creación del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) ha sido un avance en la dirección correcta en materia pensionaría, el mismo se ha quedado corto en resolver problemas de cobertura y suficiencia del monto de la jubilación. El alto grado de informalidad en el mercado laboral hace que pocos trabajadores tengan abierta una cuenta AFORE. De acuerdo con la Encuesta de la AMAFORE (2014), la falta de conciencia y de educación financiera afecta también el avance de la cobertura vía el ahorro voluntario.

Además de este tipo de ahorro volitivo, otra medida que ayudaría a incrementar el monto de la jubilación -que en el mejor de los casos será de alrededor del 30% del último sueldo, sería el utilizar las aportaciones de la subcuenta de vivienda. Estas equivalen a 5% del sueldo de los trabajadores. Y es que hoy en día, cualquier trabajador formal puede obtener un crédito hipotecario en mejores condiciones que las que ofrece el INFONAVIT, Con esto, el trabajador podría subir el porcentaje de su aportación obligatoria para su pensión de 6.5% actual a 11%. La OCDE recomienda que se aporte entre 13 y 15% para tener una jubilación cercana al 50% del último sueldo.

La respuesta a gran parte de los problemas aquí señalados pasa por la creación de un Sistema Nacional de Pensiones sostenible (SNP). El SNP organizaría y coordinaría en forma eficiente los diferentes planes de pensiones, fueran estos asistencia es (65 y mayores), de beneficios definidos (Pensiones IMSS, ISSSTE, Pemex y CFE, entre otras) o de contribuciones definidas (AFORES). Lo anterior, a fin de evitar duplicidades en los beneficios y disminuir los costos de administración.

El SNP debiera ser financiado con impuestos generales y con eficiencias en el presupuesto, pero sin quitarle recursos a la educación salud e infraestructura. Hacerlo afecta el crecimiento del país y la movilidad social ascendente de los jóvenes. Dicho sistema debiera garantizarla portabilidad de la pensión cuando el trabajador se muera a otra empresa, fuera ésta pública o privada, federal o local Este sistema debiera también reconocer la acumulación de antigüedades. Esto redituaría positivamente en el crecimiento del empleo y de la economía.

Pero crear el SNP requiere mucha voluntad política. Su implementación exige inventariar el número de fondos de pensiones existentes, reconocer los pasivos laborales procedentes y provisionarlos. Esta transparencia pudiera ser política y financieramente muy costosa. Sin embargo, seguir postergando una solución integral y viable del problema, dejará la puerta abierta al inviable populismo electorero en el 2018 del que ya mimos una muestra en las elecciones del EDOMEX. 

Fuente: Enrique Diaz-Infante/ Reforma

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