El Órgano Interno de Control del ISSSTE inició una auditoría para detectar si existieron anomalías en la inversión que PENSIONISSSTE realizó en ICA en agosto de 2015, justo cuando ésta se dirigía a la insolvencia.
En un comunicado, el ISSTE indicó que su Fondo Nacional de Pensiones de los Trabajadores al Servicio del Estado realizó la inversión de acuerdo con la información que la empresa entregó a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), y la cual no sugería que la compañía incumpliría sus deudas meses después.
“Si bien la inversión señalada se hizo en apego a la normatividad aplicable, la empresa suspendió pagos cuatro meses después”, indicó el ISSSTE en un comunicado.
La inversión equivale al 0.2 por ciento del monto total de los activos administrados por el organismo y en caso de que se detecte alguna anomalía en ella se fincará responsabilidad, incluso penal, a los responsables.
El ISSSTE indicó que también se seguirán las instancias legales respectivas, a fin de que el patrimonio de los trabajadores esté debidamente salvaguardado.
De acuerdo con un reporte de Reuters, a mediados de 2015, las acciones de ICA habían caído más de un 50 por ciento respecto del año anterior, por un desplome en el peso que elevó su pesada carga de deuda denominada en dólares y un menor gasto del gobierno en infraestructura, que llevó a la empresa a padecer una falta de efectivo.
A pesar de eso, PENSIONISSSTE comenzó a comprar acciones de ICA y gastó unos 400 millones de pesos a un precio promedio cercano a 7 pesos por acción, dijo una fuente a la agencia de noticias.
Al cierre de febrero, el PENSIONISSSTE administraba casi 200 mil millones de pesos de 2 millones 122 mil 57 cuentas de trabajadores.
Esta es la única Afore que reparte sus ganancias entre sus cuentahabientes y hace tres días, la Junta Directiva del ISSSTE autorizó a dicho Fondo distribuir un remanente histórico de 600 millones de pesos entre las cuentas individuales de sus ahorradores.
PENSIONISSSTE está regulada por la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro. //Fuente: El Financiero