El Pulso Laboral

Lunes 25 mayo 2015

02:30 pm

Seguridad Social

Conozca los puntos clave para evaluar una afore

Por: Redacción/ El Pulso Laboral

Elegir una administradora de recursos para el retiro (afore) es uno de los primeros pasos en la planeación de nuestra jubilación, y es uno de los más delicados, ya que es la empresa que invertirá las aportaciones que hacen el Estado, el empleador y el trabajador. De ahí la importancia de saber evaluar una afore, pero ¿por dónde empezar?

Los mexicanos le damos un gran peso a los rendimientos que ofrece una afore al elegir una: 49% sólo se fija en este rubro, según la encuesta “Conocimiento y percepción del Sistema de Ahorro para el Retiro”, realizada por la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).

Por su parte, sólo 18% de los ahorradores le da prioridad a las comisiones que cobra la afore por invertir los recursos, y 15% se fija en los servicios que ofrecen las administradoras, como el envío de estados de cuenta, su contenido, etcétera.

Si bien cada uno de estos rubros es de gran relevancia, deben evaluarse en conjunto y no de manera aislada.

RENDIMIENTOS Y COMISIONES, DE LA MANO

Los rendimientos son el primer elemento que deberían considerar las personas al comparar entre afores, pero ojo: la atención del ahorrador debe centrarse en los rendimientos netos, es decir, aquellos que percibe una vez que se le cobran las comisiones, recomendó Moisés Pérez Peñaloza, socio en Pensiones de la consultora PwC.

“Hay que tratar de evitar lo que en su momento se llamaron traspasos negativos, es decir, gente que se cambiaba a afores de menor comisión en términos nominales, pero de peor rendimiento”, explicó.

Cabe mencionar que, a inicios del 2017, cuatro de cada 10 traspasos eran negativos, es decir, la gente se cambiaba a una afore que le terminaba ofreciendo menores ganancias netas que la anterior.

Para conocer las ganancias netas que ofrece cada afore, la mejor fuente es la tabla de rendimientos netos que, por ley, incluyen todos los estados de cuenta de las administradoras. Este documento debe hacérsele llegar tres veces al año a su domicilio, por lo que si no lo recibe, es recomendable ponerse en contacto con la compañía.

EDAD, UN FACTOR DETERMINANTE

Cuando comparamos entre rendimientos netos, no basta comparar entre afores, sino entre las sociedades de inversión especializadas en fondos para el retiro (siefores) de cada administradora.

Recordemos que cada afore invierte los recursos de todos sus clientes mediante cuatro sociedades de inversión distintas, que conllevan un riesgo y rendimiento diferentes: la Siefore básica 4, en la cual está el dinero de los trabajadores de 36 años y menos (mayor riesgo y rendimiento); la Siefore básica 3, que invierte los recursos de las personas entre 37 y 45 años; la Siefore básica 2, para personas entre 46 y 59 años; y las siefores básicas 1 y 0, que son sociedades de inversión dedicadas para personas de 60 años y más (con menores rendimientos, pero menor volatilidad).

¿Por qué es relevante nuestra edad al comparar entre afores? Porque si somos jóvenes —en cuyo caso nuestros recursos estarían en la Siefore básica 4— quizá una afore tenga un mejor historial manejando los recursos para las personas de esa edad que otro, pero quizá no haya tenido el mismo desempeño invirtiendo el dinero de las personas mayores.

Esto resulta relevante, además, porque las personas ya pueden elegir en qué siefore se pueden invertir sus recursos; es decir, un ahorrador de 40 años, a quien le corresponde la siefore básica 3, puede elegir la siefore básica 4, eso sí, sabiendo a qué se atiene, ya que esta sociedad de inversión conlleva mayor volatilidad, aunque con más probabilidad de generar rendimientos.

“Debería evaluar todas las siefores independientemente del rango de edad. Aquí algo muy importante es que el ahorrador debe tener un nivel de madurez en temas de educación financiera suficiente para conocer y asumir los riesgos que pudiera estar tomando al decidirse por una estrategia de inversión que específicamente no está diseñada para su edad”, advirtió el especialista.

SERVICIOS, UN RUBRO QUE NO DEBE SER SUBESTIMADO

Aunque las ganancias netas son el primer rubro que debemos revisar de una afore —y siefore—, un factor que pasa inadvertido es el de los servicios.

Los servicios de una afore se refieren a la calidad de los servicios que brindan las administradoras. La variable más decisiva es qué tanta cobertura tiene la empresa, pero también se evalúa cómo la afore promueve el ahorro voluntario, así como la efectividad para hacer trámites física y virtualmente, y la calidad de la atención al cliente.

“Una afore puede tener un excelente desempeño en términos de la gestión de los recursos, pero al momento de que ejerce su ahorro debe haber un nivel de servicio óptimo, que sea fácil para usted generar trámites, actualizar información, corregir datos al traspaso de la afore, etcétera”, indicó el especialista de PwC.

Para evaluar los servicios de cada afore, puede revisar el Medidor de Atributos y Servicios de las Afore (+MAS AFORE), que puede consultarse en la dirección https://www.gob.mx/consar/articulos/historico-del-medidor-de-atributos-y-servicios-mas.

La información que tomemos en cuenta para nuestra decisión sobre rendimientos netos, así como de comisiones y servicios, debería ser de los últimos cinco años, recomienda Moisés Peñaloza. “Ir más lejos, sobre todo en un país con condiciones económicas tan cambiantes como México, puede sesgar su análisis; afores que fueron muy buenas en su gestión hace 10 años (...) no necesariamente refleja el momento actual”.

¿CÓMO DETERMINAR QUE NO NOS ESTÁ YENDO BIEN?

De manera similar, para saber que tomamos una buena decisión en la elección de una afore, se recomienda revisar rendimientos netos cada tres años, por una parte, para tener una información lo suficientemente amplia, pero, por otra, para tomar decisiones oportunas sobre nuestro ahorro.

“Uno de los grandes problemas es que (los ahorradores) deciden con bases de inversión de muy corto plazo (...) Hay que evaluar cada tres años, no necesariamente cambiarse”; es decir, cada tres años revisar cómo ha evolucionado nuestro ahorro y ver si puede resultarnos conveniente cambiarnos o seguir en la afore, dijo el especialista.


Fuente: El Economista.

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