Para el Mario Molina, Premio Nobel de Química 1995, poner un costo a las emisiones contaminantes con el fin de combatir el problema del cambio climático, es una inversión para la salud de la población.

Durante la Conferencia "Causas del cambio climático y expectativas de la COP21", que brindó en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, aseguró que ese costo a las emisiones -derivadas éstas de la quema de combustibles fósiles-, en última instancia podría significar un incremento al impuesto (y precio) de la gasolina, lo que encarecería transportarse en vehículo particular.

“Sin embargo, habría que explicar a los ciudadanos que esa medida no es un costo, sino una inversión en la que todos saldríamos ganando en beneficios a la salud y en una reducción del tránsito vehicular y congestionamientos en urbes como la ciudad de México”, afirmó.

Para no generar descontento en la población convendría que los recursos obtenidos por costos a las emisiones contaminantes se destinaran al mejoramiento del transporte público, con cuyo uso los ciudadanos podrían reducir sus tiempos de traslado.

Hasta ahora, dijo, el cambio climático es quizá el problema ambiental más grave que ha enfrentado la humanidad, y que está pendiente de resolver.

Aunque el cambio de temperatura promedio parece muy pequeño, al ser de 0.8 o 0.9 grados, es suficiente para derretir el ártico en verano, y para que haya fenómenos extremos de clima, como huracanes e inundaciones que ciertamente el cambio climático no genera, pero sí los vuelve más intensos.

Por ello hay que tomar medidas de atención al problema del cambio climático. “Si no hacemos nada, aunque no es lo más probable, a lo mejor la temperatura de la Tierra subiría más de cuatro o cinco grados, y no es una probabilidad en cien mil, es una probabilidad de uno a cinco”.

Un aumento promedio de cinco grados (Celsius) en la temperatura de la Tierra sería totalmente desastroso para la sociedad, pues las personas no podrían habitar muchas regiones del planeta, habría migraciones gigantescas, millones de muertos y quién sabe si se tuvieran suficientes alimentos para los miles de millones de seres humanos. “Sería un desastre de una magnitud gigantesca”, comentó el doctor Molina.

Ciertamente es un reto enorme, pero con un acuerdo global el cambio climático es un problema que se puede resolver si todas las naciones reducen sus emisiones contaminantes. Lo razonable es tratar de que la temperatura no suba más de 2 grados, lo que se puede alcanzar si en lugar de usar combustibles fósiles se emplean energías renovables, como la solar y la eólica.