La labor principal de las políticas públicas en materia de salud y sus ejercitantes es evitar riesgos. La salud pública trata de llegar a grupos poblacionales, no sólo de curar personas en lo individual, expresó el ex rector de esta casa de estudios, Guillermo Soberón Acevedo.

“Lo importante es no esperar a que las personas enfermen, sino a robustecer la prevención mediante la educación y la promoción de la conservación de la salud”, expuso.

A eso es a lo que llamamos educación y promoción para la salud, ángulo que ha tomado auge; por ello, es importante que la mujer sea la receptora de ese bagaje, porque actúa como eje en la sociedad en el cuidado de la salud familiar.

Soberón señaló que el país tiene un sistema de salud segmentado, que en los últimos sexenios se ha tratado de universalizar en materia de servicios.

“Hay que superar ese escollo. Ojalá no hubiera esa dispersión de esfuerzos, sino acuerdos para la unificación; que no todo recaiga en una macroinstitución, sino que además se uniforme la calidad del servicio, en ascenso”.

Asimismo, citó al sistema de salud cubano como buen ejemplo de este planteamiento uniforme, aunque reconoció que para transitar hacia ese objetivo siempre opera en contra la falta de recursos.

El académico dio un breve panorama sobre tres tipos de medicina: tradicional, genómica y de precisión. Sobre la segunda lamentó que el país se haya quedado fuera del proyecto de genoma humano por falta de financiamiento. “Perdimos mucho, por lo menos 10 años”.

Finalmente, citó a los carcinomas y a la diabetes como grandes retos sanitarios y educativos por sortear. “Se detectan muy a destiempo, aunque hay herencia y genes de por medio; los mexicanos se han vuelto proclives a enfermar”.