Los servicios de atención primaria -principal contacto con el paciente-, no están preparados para enfrentar el reto de las enfermedades no transmisibles, Roberto Tapia Conye, quien preside la Fundación Carlos Slim.

“Una pequeña proporción de la población adulta se realiza pruebas para el diagnóstico de diabetes e hipertensión; hay poco seguimiento a los pacientes que padecen estas enfermedades; además de que no se capacita a los profesionales de la salud en la materia”, afirmó.

En entrevista con El Pulso Laboral, expuso que sólo el diagnóstico y tratamiento oportuno, junto con una serie de estrategias que den seguimiento a los pacientes y una mayor eficiencia del sistema de salud, permitirá que las enfermedades no transmisibles comiencen a reducir su prevalencia en una década.

Las enfermedades no transmisibles han tenido un incremento dramático en los últimos años, principalmente la diabetes, la enfermedad cardiovascular y la enfermedad crónica del riñón.

Mientras que en 1993 el 4 por ciento de la población padecía diabetes tipo 2, para 2012 esta cifra fue de 9.1 por ciento, lo que coloca a México como la nación latinoamericana con la mayor prevalencia de esta enfermedad.

Además, las enfermedades no transmisibles son la causa del 82.5 por ciento de las muertes en el país, contra un 54.5 por ciento que representaban en 1975.

En materia de costos, destacan que los costos directos e indirectos de la atención de la diabetes tipo 2 en 2011 fueron de 7.7 billones de dólares, de los cuales 3.4 billones corresponden a costos directos, como el costo de consultas o tratamientos, y 4.3 millones a costos indirectos, principalmente por pérdida de productividad, ausentismo laboral y discapacidad.

Los especialistas atribuyen el incremento de las prevalencias de enfermedades no transmisibles a diversos factores, relacionados muchos de ellos a conductas de riesgo, como son el uso de tabaco, la inactividad física, la mala dieta, el abuso del alcohol, entre otros.

“Si bien las autoridades mexicanas han reconocido la dimensión del problema, e incluso han desarrollado en los últimos años una serie de estrategias para combatir las enfermedades no transmisibles y sus factores de riesgo, todavía los esfuerzos son insuficientes, pues se privilegia un enfoque curativo por encima de uno preventivo”, afirmó.