Los migrantes que presentan signos y síntomas de daños en su salud mental relacionados con experiencias vividas en el lugar de origen y en el tránsito por México son cada vez más frecuentes, aseguró Rosa María Aguilera, investigadora del Instituto Nacional de Psiquiatría.

La migración forzada, dijo. la persecución en sus propios países y la falta de preparación para migrar, provoca que en el el tránsito se observe el duelo migratorio, síntomas de estrés, estigma y discriminación, violencia, barreras para el acceso a servicios y la percepción de ausencia de apoyo social y de derechos.

"Es necesario fortalecer la respuesta del sistema de atención en salud mental a partir de estrategias de cooperación y emprender acciones que promuevan la superación de una construcción de salud mental que estigmatiza, segrega y dificultad en el acceso a servicios", propuso.

En relación con la percepción de los migrantes sobre su estado de salud mental, se observó la presencia de síntomas de estrés, angustia y ansiedad, que son consecuencias de la violencia experimentada.

"No obstante, los migrantes no identifican la experiencia traumática o de peligro. Las condiciones de vida de la mayoría de los migrantes indocumentados funcionan como un continuum de normalización de la violencia estructural, política, económica y simbólica, tanto en sus países de origen como durante el tránsito", alertó la especialista.

Como parte de las necesidades de los migrantes no sólo está recibir servicios clínicos e institucionalizados de salud, sino también recibir aquéllos que satisfagan necesidades básicas y fortalezcan sus recursos personales y sociales.

Asimismo, se sugiere que, como parte de las intervenciones de salud mental de primer nivel de atención, se indaguen aspectos relacionados con el estado de salud física de los migrantes para detectar malestares que pueden ser producto de la psicosomatización.

"Partimos del hecho de que la satisfacción de necesidades básicas como dolores de cabeza, decaimiento o agotamiento, vinculadas con insolación, falta de sueño y cansancio, entre otras, no son atendidas, mucho menos los trastornos mas fuertes", planteó.

El fenómeno de la migración, resumió, se ha convertido en un grave problema de salud pública que debe ser atendido por los gobiernos involucrados, tanto el de Estados Unidos como el mexicano y los centroamericanos.

La Secretaría de Salud estima que casi 40 años el número de migrantes mexicanos que cruzaron la frontera con Estados Unidos aumentó 14 veces: de 29 mil en 1970 pasó a 398 mil en 2010.

Destaca el hecho de que los migrantes que se desplazan de México a Estados Unidos ocupan el primer lugar mundial de migración, totalizando sólo ellos casi 6 por ciento del contingente mundial de migrantes.