El Pulso Laboral

Lunes 25 mayo 2015

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Seguridad Social

Aprovechar el poder antioxidante de los alimentos

Por: Claudia Cervantes

Sábado 14 de mayo 2016

 

Las frutas, verduras y hortalizas son los alimentos con más poder para contrarrestar el proceso de oxidación de nuestro organismo. Pero esta capacidad antioxidante se puede aprovechar mejor según los tratemos a la hora del consumo.

 “Por el oxígeno vivimos y por el oxígeno morimos”, indica Ana Molina Jiménez, licenciada en Farmacia y especializada en Nutrición Humana y Dietética al frente de AM Nutrición Integral. Y es que la oxidación es un proceso natural, el organismo necesita oxígeno para transformarlo en energía, pero a su vez provoca envejecimiento y desgaste celular.

Un desequilibrio entre los factores prooxidantes y los mecanismos antioxidantes provoca estrés o daño oxidativo con un exceso de radicales libres, unas moléculas cuya función pasa por eliminar bacterias y formar conexiones entre fibras de colágeno y piel pero que, dada su particular inestabilidad, pueden dañar tejidos y células dando origen a enfermedades coronarias, neurodegenerativas o cancerígenas, entre otras.

Un estilo de vida alejado de pautas saludables es el punto de partida para provocar un exceso de radicales libres.

Estos son los principales factores citados por la autora del libro “Lo saludable de los alimentos”: Consumo de medicamentos que provocan toxicidad; Tabaco y consumo excesivo de alcohol: radiaciones ionizantes y la luz solar; dieta pobre en alimentos antioxidantes, como frutas y verduras; estrés y procesos inflamatorios.

Para defendernos de la oxidación, el cuerpo cuenta con mecanismos endógenos pero también es necesario aprovechar antioxidantes exógenos que llegan a través de los alimentos que los contienen.

Los principales antioxidantes exógenos que nos encontramos, principalmente en frutas y vegetales, son: Vitamina C: es el antioxidante hidrosoluble más abundante en sangre. Alimentos: pimiento rojo, col de Bruselas, brócoli, kiwi, fresa o naranja.

Vitamina E: antioxidante liposoluble. Alimentos: avellana, almendra, coco, soja germinada, nueces, aceite de oliva o espinacas.

Carotenos: beta-caroteno y licopeno. Tomate, papaya, pimiento, caqui, zanahoria…

Polifenoles: como antocianinas, flavonas o resveratrol. Alimentos: arándanos, granada, uva morada, brócoli, cacao…

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