Sábado 25 de junio 2016
El reflujo es una enfermedad en la que el contenido gástrico se regresa hacia el esófago, la cual se presenta en los primeros seis meses de vida y con un tratamiento adecuado el 85 por ciento de los menores logran una mejoría sustancial.
Martín Vega Malagón, jefe de Pediatría del Hospital General Regional 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Querétaro, dijo que este padecimiento puede ser de origen fisiológico y este tipo de reflujo se puede presentar en los niños, sin llegar a enfermarse.
Indicó que entre las manifestaciones de este padecimiento están vómito constante, datos de rumiación, dolor en el momento en que se acuesta o mientras duerme se levanta súbitamente por el dolor que el ácido del estómago le pudiera causar, ya que provoca una sensación de quemazón del esófago, lo cual se denomina reflujo patológico.
El experto apuntó que la edad en que se presenta esta afección es habitualmente durante el primer año de vida, y puede empezar desde los primeros días de nacido, sin embargo, las consecuencias son para toda la vida.
Mencionó que aunque la causa exacta que desencadena el reflujo no se conoce, hay factores que intervienen.
Por ejemplo, los niños prematuros en los que todavía su sistema neurológico no está maduro, probablemente genera que el esfínter no cierre adecuadamente, lo cual provoca que se esté regresando el alimento que habitualmente ya no debería de presentarse.
Vega Malagón señaló que cuando se trata de un reflujo patológico, hay otras manifestaciones que son difíciles de detectar, como que el niño deje de respirar súbitamente o que desarrolle bronconeumonía súbita, es decir, sin un cuadro infeccioso previo.
Incluso, cuando el reflujo se mantiene por mucho tiempo puede hacer estenosis como complicación del esófago, lo que ocasiona dolor al tragar alimentos, denotando ya cuadros crónicos, lo cual debe ser atendido a la brevedad por el médico.
Asimismo, explicó que el médico tratante corrobora el diagnóstico a través de estudios especializados, como Rayos “X”, con una ph-metría, y así iniciar el tratamiento con lo que se resuelve en un 85 por ciento de los casos en bebés antes del año de edad.
El especialista destacó que un reflujo no diagnosticado ni atendido oportunamente puede desarrollar complicaciones graves, incluso mortales, una de ellas es la broncoaspiración.
Fuente: Notimex
