En México, de las películas producidas nacionalmente para niños y adolescentes 75 por ciento muestran tabaco y 70 por ciento muestran alcohol.

Carolina Rubio, investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública que realizó el estudio, detalló que el 89 por ciento de todas las películas mexicanas contenía tabaco. Entre aquellas clasificadas para adolescentes, 3 de cada 4 películas mostraba personajes fumando o en contacto con productos de tabaco (75 por ciento), porcentaje similar a Islandia, que en este grupo es el país con mayor presencia de tabaco en películas para adolescentes (94 por ciento de sus películas).

Para el caso del alcohol en el cine, el panorama no es más alentador.

El espectro va de la industria cinematográfica italiana (que muestra alcohol en el 97 por ciento del total de sus películas) a la de Los Países Bajos, que tiene el menor porcentaje de alcohol en el total de sus películas, mostrándolo en 76 por ciento de ellas.

“En el caso de México, los porcentajes son altos: el 82 por ciento del total de las películas y 70 por ciento de las clasificadas para adolescentes muestran alcohol. El país que tiene el mayor porcentaje de películas clasificadas para adolescentes mostrando alcohol es Polonia, con el cien por ciento”, indica el documento.

El cine es un escaparate importante para cualquier producto. No sólo muestra qué es, sino que enseña cómo, y en qué circunstancias, se usa.

Además de unirlo a personajes deseables, atractivos para la audiencia como objetos del deseo o modelos a imitar. Por ello, el cine es una poderosa herramienta de ventas, especialmente entre las audiencias adolescentes.

“Este hecho no ha escapado a las empresas tabacaleras y alcoholeras, quienes han mantenido una larga relación con las productoras cinematográficas, tal como se ha documentado ampliamente en la industria cinematográfica hollywoodense”, Dulce Rubio, investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública.

Las películas producidas nacionalmente muestran historias, escenarios, personajes y situaciones más cercanas al público. Esta cercanía hace que sea más fácil que el público se identifique con lo que ve en la pantalla, y por lo tanto que el efecto publicitario sea mayor.

El hecho de que las películas muestren consumo de tabaco o alcohol en pantalla incentiva al consumo de estas substancias en los adolescentes, relación que ha sido ampliamente documentada en investigaciones internacionales.

Resultado de este análisis, se descubrió que el porcentaje de películas mexicanas que muestran tabaco es muy alto.

En México, desde 2008 la Ley General para el Control del Tabaco impide la inserción pagada, patrocinio o publicidad de productos de tabaco en medios de comunicación, entre ellos el cine.

En cuanto al alcohol, ninguna ley regula su acceso publicitario a la producción cinematográfica por lo que empresas cerveceras y alcoholeras son patrocinadores regulares de películas mexicanas. Por su parte, el estado mexicano impulsa la producción cinematográfica a través tanto de fondos federales como del estímulo fiscal incluido en el Artículo 189 de la Ley del Impuesto sobre la Renta.