El Pulso Laboral

Lunes 25 mayo 2015

02:30 pm

Seguridad Social

Sin control de gasto, programas contra obesidad y diabetes

Por: Redacción/ El Pulso Laboral

Lunes 7 de noviembre de 2016

Los derechohabientes con diabetes todavía ingresan por el área de urgencias al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), lo que representa un alto costo, porque llegan con complicaciones graves. El organismo no puede seguir gastando de esa manera, por lo que a partir de 2017 aumentará "de manera drástica" la inversión en las unidades de medicina familiar (UMF), anunció el director Mikel Arriola.

Explicó que 70 por ciento de los recursos del Seguro de Enfermedades y Maternidad (SEM) se invierten en los hospitales generales y de alta especialidad (segundo y tercer niveles de atención) y apenas 30 por ciento se va a las UMF (primer nivel). Ese es el viraje que debe darse para fortalecer la prevención y la detección temprana de enfermedades, principalmente crónicas, sostuvo.

El instituto organizó ayer el Festival Deportivo Padres e Hijos IMSS 2016, en el que por segunda ocasión se impuso un récord Guinness con la asistencia de alrededor de 7 mil 500 trabajadores del Seguro Social con sus hijos.

Ese acto se realizó en el Hipódromo de las Américas, donde se organizaron carreras de 1, 2 y 3 kilómetros en las que participaron los empleados con sus hijos. Arriola tomó parte con su pequeño de tres años en la categoría de un kilómetro, para los más chicos.

Al término de la competencia, el funcionario recalcó que además de prestar servicios médicos y pensionarios, el IMSS tiene la misión de incentivar la actividad deportiva para, de esa manera, contribuir en la promoción de la salud y, sobre todo, en el abatimiento del sobrepeso y la obesidad, que afecta a 70 por ciento de los adultos y 35 por ciento de niños y adolescentes en el país.

Esta circunstancia constituye un problema grave que se refleja en que 70 por ciento del dinero del SEM se dedica a atender cuatro padecimientos: diabetes, hipertensión arterial, cáncer y afecciones cardiovasculares, vinculadas con el exceso de peso corporal.

Comentó que 3.5 millones de derechohabientes tienen el diagnóstico de diabetes, pero "afuera hay más que todavía no lo saben", y éstos son los que llegan al instituto por el área de urgencia de los hospitales.

Las personas con estos males constituyen 20 por ciento de todos los derechohabientes, y atenderlas implica una inversión anual de 80 mil millones de pesos. El IMSS no puede seguir gastando así, insistió.

De ahí que, como ha mencionado en otras ocasiones, en el primer trimestre de 2017 se pondrá en marcha un nuevo modelo de atención médica con prioridad en la prevención de enfermedades. Además, planteó Arriola, el IMSS retomará su vocación de fomento de la actividad física en sus 700 unidades deportivas y sociales, varias de las cuales hace años fueron centros de entrenamiento de alto rendimiento.

Uno de ellos es la unidad Morelos, que llegó a ser el mejor centro de clavados y natación. Reiteró el anuncio de hace unos días, respecto de que se retomarán estas actividades porque "queremos más medallistas olímpicos", subrayó.

** No es posible evaluar el programa de control de sobrepeso, apunta Coneval

El programa de prevención y control de sobrepeso, obesidad y diabetes carece de mecanismos que garanticen su cumplimiento. El dinero se distribuye a los estados de manera uniforme, pues tampoco existe un método de cálculo que justifique la asignación en función de metas o prestación de servicios, señala el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

El organismo encargado de medir la pobreza y evaluar programas del gobierno federal reconoce que la estrategia puesta en marcha hace tres años cuenta con buen sustento, porque identifica el problema del país y ofrece un diagnóstico claro del mismo, con 71.3 por ciento de las personas de 20 años y más con sobrepeso y obesidad, y el riesgo que estas condiciones representan para el desarrollo de enfermedades como diabetes, hipertensión arterial y otras afecciones cardiovasculares.

Resalta que el programa está vinculado a las metas y estrategias de la política pública nacional y es un activo para la disminución y control de enfermedades crónicas no transmisibles, además de que ya existe evidencia de los beneficios en la salud de las personas, cuando existen apoyos encaminados a la prevención y control de estos males que, de acuerdo con información oficial, representan las principales causas de mortalidad a escala nacional.

Sin embargo, Coneval encontró aspectos de la estrategia que reducen su impacto positivo en la salud. Entre otros, está la falta de mecanismos para evaluar el desempeño de las acciones propuestas, lo cual la coloca en riesgo de sufrir recortes presupuestales.

Sin embargo, datos oficiales indican que tal disminución en el presupuesto ya ocurrió como parte del ajuste aplicado a todo el gobierno federal. Mientras en 2016 se asignaron a la estrategia 589 millones 129 mil 248 pesos, en los que se incluyó una ampliación de 125 millones de pesos, autorizada por la Cámara de Diputados para el próximo año, el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) plantea una asignación de 452 millones 962 mil 409 pesos, esto es, una disminución de poco más de 136 millones.

Lo anterior, a pesar de tratarse de un tema de alta prioridad para esta administración: identificar y atender a las personas con sobrepeso y obesidad, prevenir que más individuos se sumen a esta condición de riesgo y, sobre todo, revertir la tendencia al alza que este problema ha tenido durante casi tres décadas.

Coneval también detectó que la mayor parte del dinero se transfiere a los estados de manera uniforme, sin reglas de operación, ni existe un método de cálculo que justifique la asignación en función de metas o prestación de servicios, lo cual debería corregirse, indicó. Asimismo definir los instrumentos jurídicos para garantizar que el dinero se utilice para el objetivo al que fue destinado.

El órgano evaluador advirtió sobre la necesidad de que en las acciones del programa se incorpore la perspectiva de género, se defina la población objetivo con puntualidad y que propósitos y acciones estén vinculados. Esto, indicó, daría rumbo claro al programa y podría analizarse su impacto.

Un apoyo relevante para cumplir los objetivos de la estrategia podría darlo la Comisión Nacional de Protección Social en Salud, con la administración y el seguimiento a la gestión de las acciones propuestas, apuntó.

Fuente: La Jornada

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