El Pulso Laboral

Lunes 25 mayo 2015

02:30 pm

Seguridad Social

Psicodermis… emociones que afectan la piel

Por: Adriana Rodríguez

La piel es un órgano expresivo que habla de lo que pasa bajo ella, de modo que es un reflejo inequívoco de salud y bienestar, pero también de estrés, depresión, problemas psicológicos y aislamiento social.

Al mismo tiempo, y siendo la “carta de presentación individual”, queda claro que su aspecto influirá notablemente en las emociones y salud mental del individuo, así como en los vínculos que establezca.

Adrián Castro Reyes, secretario de la Asociación Mexicana de la Dermatología, detalló la estrecha relación entre piel y mente ha dado lugar al término psicodermatosis, que se refiere a aquel padecimiento cutáneo que surge a consecuencia de alteraciones emocionales o psicológicas, aunque los límites del concepto se han ampliado.

Por ejemplo, es cierto que algunos padecimientos se deben a predisposición genética, pero factores como violencia, desempleo, ansiedad, periodos de exámenes y crisis personales son disparadores o agravantes de sus síntomas.

“Así, acné, alopecia areata (caída del cabello), dermatitis atópica (hinchazón relacionada con alergia), psoriasis (irritación, enrojecimiento y descamación), vitiligo (falta de pigmentación) y otras afecciones aparecen o empeorar con la tensión”, alertó.

El cambio en la apariencia física del paciente genera aislamiento, irritabilidad, ansiedad, depresión, rechazo y, en casos extremos, ideas suicidas. Esto puede empeorar los síntomas de la afección, creando un círculo vicioso.

Un caso relativamente común se observa en los adolescentes afectados por acné severo, ya que su carácter puede volverse retraído y agresivo, lo que les dificulta la relación con sus semejantes en un momento clave de la vida.

En la edad adulta, los problemas cutáneos también son obstáculo para los vínculos sociales y afectivos. De hecho, la forma de vestir y la actividad sexual pueden limitarse de manera importante por algún problema en la piel.

Por ello, lo ideal es que el tratamiento de estas afecciones sea multidisciplinario, de modo que además de la administración de medicamentos se debe ayudar al paciente a disminuir las causas de estrés.

También será indispensable explorar los motivos psicológicos que puedan aumentar las repercusiones cutáneas, así como promover la autoestima y confianza en uno mismo.

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