En el 2019, los costos laborales de Aeroméxico representaban el 20.3% de todos los gastos de la aerolínea; desembolsaron 13,370 millones de pesos en su fuerza de trabajo.

Si bien los trabajadores sindicalizados de Grupo Aeroméxico perderían parte importante de sus derechos laborales y prestaciones que han obtenido durante décadas, la meta de la reorganización financiera de la aerolínea es mantenerla viva, operando y conservar los empleos, señaló el abogado especialista en concursos mercantiles Roberto Sánchez Silva.

“En un procedimiento de insolvencia todos ceden para reestructurar y seguir operando, prácticamente todo mundo pierde, la ganancia viene después”. El experto explicó que pese a las pérdidas que padecerían, Aeroméxico se recuperará e incluso ganará con el tiempo debido a la relación comercial que mantendrá con sus proveedores, pero sobre todo porque en el momento en que aumente sus ingresos, la reducción de gastos permanecerá y dará oxígeno.

El experto se refiere a que la compañía seguirá trabajando con su know how, que es lo más valioso: la marca, los slots, las rutas, concesiones y la mano de obra calificada.

En el 2019, los costos laborales de Aeroméxico representaban el 20.3% de todos los gastos de la aerolínea; desembolsaron 13,370 millones de pesos en su fuerza de trabajo.

Los trabajadores tienen que ceder, puntualizó Sánchez Silva, porque pueden mantener salarios y empleos. Además es muy difícil que puedan conseguir un acuerdo que sólo sea temporal y regresar a las condiciones laborales que tenían antes de la crisis. “Los tiempos ya cambiaron. No es bueno regresar a lo que los enfermó: los costos laborales”.

Aeroméxico actualmente se encuentra en un período de cura, que termina el jueves 7 de enero de 2021, en el que debe llegar a un acuerdo de reducción costos con los cuatro sindicatos que afilian a la mayor parte de sus empleados: ASPA, ASSA, STIA e Independencia. En juego se encuentra la inversión de mil millones de dólares prometida por Apollo Global Management, el fondo estadounidense de inversiones con el que Aeroméxico negoció su solvencia bajo el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos.

Por ahora, Apollo se encuentra en una posición de ventaja. La empresa estadounidense no va a perder dinero, puesto que tiene como garantías el reclamo de al menos 17 empresas, como Aerolitoral y Aeroméxico Cargo, así como parte de la flota de la misma aerolínea.

Durante los próximos años Apollo vigilará de cerca su inversión en Aeroméxico. “Hizo una corrida financiera para ver en qué fecha recuperaría su dinero más las ganancias. Cuando se postuló como inversionista lo tenía muy claro. Ahora, si su corrida financiera dice que es hasta 2025 cuando se cumplen las condiciones para recuperar su capital, después de esto, en teoría, los trabajadores y la aerolínea pueden modificar las condiciones laborales”.

Aunque advirtió que es muy difícil que los derechos laborales cedidos durante la reestructura se recuperen al 100%. “Ya no se puede dar un paso atrás porque harías una empresa inviable”, apuntó el especialista, socio del despacho Badín, Cherit & Asociados.

Finalmente, señaló que lo más probable es que los sindicatos cedan al último momento. “Yo veo muy cuesta arriba que no haya un acuerdo. Aeroméxico va a lograr una muy buena reestructura”, dijo.///El Economista