El Pulso Laboral

Lunes 25 mayo 2015

02:30 pm

Mundo Laboral y RR.HH.

Workaholic, soñador o recluso, ¿cuál es tu personalidad como teletrabajador?

Por: El Economista

El teletrabajo, ya sea a tiempo completo o en un modelo híbrido, es una modalidad laboral que llegó para quedarse. Una encuesta de KPMG identificó que el 63% de las empresas planea mantener los esquemas de trabajo a distancia en el escenario pospandemia, una cifra que confirma la apuesta que tienen las organizaciones en este formato.

El interés de las empresas en el teletrabajo no sólo es correspondido por los trabajadores, sino que se queda corto con respecto a lo que la fuerza laboral pide. Al menos el 91% de las personas adoptaría el home office de manera permanente si su empleador ofrece la opción.

La tendencia del teletrabajo como una modalidad flexible y un valor agregado en la marca empleadora parece haber evolucionado para convertirse en una regla. Sin embargo, el home office es un desafío distinto para cada trabajador y su personalidad.

Un estudio de la firma Robert Walters detectó tres tipos de personalidades que han surgido en el teletrabajo, cada una requiere una organización distinta:

1. Workaholic

Si trabajas compulsivamente y más allá de tu jornada establecida, si sólo vives para el trabajo y en este inviertes tiempo esencial para dormir, convivir con la familia o simplemente relajarte, seguro eres un "workaholic".

Este tipo de personalidad se caracteriza por una adicción al trabajo, su jornada laboral es la base para estructurar su día. Algunas personas actúan de esta manera porque se sienten presionadas en demostrar que su productividad no baja cuando laboran desde casa.

“La mayor amenaza para un adicto al trabajo es el agotamiento o burnout: no toma suficientes descansos ni para un snack rápido, ni para el almuerzo; no tiene tiempo para momentos personales, y trabaja tan duro que no interactúa socialmente con nadie. Todos estos factores juntos pueden provocar un grave agotamiento físico y mental”, destacó la firma.

Por ello, es importante que los workaholic separen el trabajo de su vida personal de la manera más clara que se pueda, para lo cual es necesario crear un entorno específico y exclusivo para teletrabajar, establecer una rutina con un horario límite para evitar excesos, organizar las prioridades del día para no perder el enfoque, tomar descansos frecuentes, mantener el contacto con los compañeros de trabajo de manera regular e intentar terminar el día con una actividad fijada de ocio personal como una sesión de mindfulness, una clase HIIT o una serie de Netflix.

2. Soñador

Si de pronto abres el Facebook en tu celular y te quedas navegando en la red social por más de media hora, lo más probable es que sea un "soñador". Se trata de la persona que tiende a distraerse fácilmente durante su jornada laboral tanto por la actividad que se produce en casa como por asuntos generado por uno mismo.

Los soñadores pueden pasar de ratos de concentración a momentos de gran distracción a lo largo del día. Las diversiones naturales en su mente pueden ocasionar que su trabajo diario no esté alineado a las expectativas del jefe.

“La satisfacción de un soñador respecto al trabajo en remoto puede ser baja, y existe el riesgo de que caiga en una situación de desánimo. Aunque trabajar desde casa resulta una excelente oportunidad para evitar las distracciones típicas de una oficina, para una personalidad como la soñadora, la repentina falta de estructura en su jornada laboral puede terminar minando o inhibiendo su productividad”, destacó el estudio de Robert Walters.

La recomendación para un soñador es aprovechar el tiempo que se ahorran en los traslados a la oficina en una actividad de activación o motivación para comenzar el día en casa, al igual que vestirse como si fuese a salir a trabajar, lo que contribuye a sentirse en un ambiente profesional.

Los trabajadores con esta personalidad necesitan fijar objetivos y tareas mínimas a realizar cada día e involucrarse en proyectos que requieren de trabajo en equipo, esto les permitirá cumplir con los plazos para la entrega de tareas.

3. Recluso

¿Andas en pijama y pantuflas todos los días, evitas platicar con tus compañeros de trabajo? Es probable que seas un "recluso". Esta personalidad es víctima de la comodidad excesiva de su hogar, lo que provoca que usen la misma ropa todos los días y eviten la interacción con sus compañeros, es por ello que su medio de comunicación favorito es el correo electrónico.

“¿Cuál es el riesgo que se cierne sobre este tipo de personalidad laboral? El aislamiento. A pesar de que realiza bien su trabajo y alcanza sus objetivos, tanto sus responsables como sus compañeros deben ser conscientes de que mantener largos períodos en estas circunstancias puede provocar un impacto negativo en la salud mental y el bienestar del profesional”, resaltó la firma.

Si eres un soñador, esfuérzate por hacer llamadas telefónicas o videoconferencias para tratar asuntos que implican escribir más de cuatro líneas en un mensaje, concéntrate en una comunicación de calidad y en participar en reuniones de trabajo.

Por último, para disminuir los efectos negativos de una personalidad laboral reclusa, se aconseja destinar tiempo para ayudar a los demás, desarrollar nuevas competencias o conocimiento, y ser proactivo a la hora de crear nuevas oportunidades para interactuar con los compañeros de trabajo,

Alternativas de organización distintas

Cada personalidad requiere de una organización distinta en su día a día, la rutina de un workaholic no puede ser igual a la de un recluso. La Sociedad para la Gestión de Recursos Humanos (SHRM, por sus siglas en inglés) identificó en un estudio que sólo 31% de las personas son productivas en el home office, esto se debe en buena medida a que no todos poseen las competencias, personalidad y disciplina para trabajar desde casa.

Es por ello que la administración del tiempo y las actividades no pueden ser las mismas para todos los trabajadores. Por ejemplo, incluir descansos y tomarse un tiempo para definir las prioridades en el día son algunas cosas que pueden incluirse en la jornada de trabajo.

“Es natural que convivan diferentes tipos de personalidades en un mismo ecosistema laboral. El desafío ahora es tratar de comprender qué factores del trabajo en remoto pueden exponer a los profesionales a experiencias de agotamiento, desánimo o aislamiento, y actuar en consecuencia para asegurar la salud y bienestar de cada uno de ellos”, expuso Marco Laveda, director general de Robert Walters Iberia.

En ese sentido, conocer nuestra personalidad en el teletrabajo nos ayudará a tomar medidas para mitigar riesgos como el agotamiento, administrando mejor nuestros tiempos y definiendo con claridad los objetivos. Al final del día, se trata de encontrar equilibrios entre la vida laboral y personal. // El Economista

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