El Pulso Laboral

Lunes 25 mayo 2015

02:30 pm

Recursos Humanos

Asumen empresas cursos enfocados al desarrollo humano para mejorar el ámbito laboral

Por: Redacción/ El Pulso Laboral

Durante mucho tiempo se ha pensado que las organizaciones deberían ser menos emocionales, porque las emociones negativas contaminan las áreas de trabajo con conflictos inte rperso na les; por ello, las empresas han asumido que los cursos enfocados al desarrollo humano pueden ayudar a una mejor convivencia. 

La realidad es que muchos comportamientos son generados por el entorno de trabajo, como lo explica María del Pilar Moreno Vallecillo, de la firma Consultores en Neurociencias y Desarrollo Humano; "El cerebro tiene tres niveles de funcionamiento que influyen sobre el comportamiento en el trabajo. En el primero está ei cerebro instintivo o reptiiiano, es una parte del cerebro que cuida a la persona generando reacciones de ataque y huida para poder sobrevivir en caso de amenaza. En la mayoría de las personas el cerebro instintivo sólo está en alerta y se manifiesta cuando percibe una amenaza, ayudando al cuerpo a reaccionar rápidamente. 

Una segunda estructura es conocida como el cerebro mamífero o el cerebro de las emociones, la que ayuda a diferenciar entre lo que nos gusta y lo que no; ahí se desarrollan los afectos hacia las personas y hacia uno mismo, surgen las motivaciones y crean sentimientos de satisfacción e insatisfacción; también están los recuerdos afectivos hacia nosotros y hacia los demás. 

Y en la estructura externa está el neocortex, que se encarga de analizar la información, resolver problemas, y desarrollar ideas, teorías y modelos; en esa capa se asimilan las normas y la disciplina." Muchos líderes conectan el cerebro reptiiiano de las personas, afirma, las hacen reaccionar con su parte instintiva en vez de conectarlos con las funciones superiores de razonamiento y aprendizaje; los jefes que continuamente emiten frases, como "aquí nadie es indispensable" o "es la última vez que cometes este tipo de errores" provocan reacciones de supervivencia.

Las amenazas los llevan a pensar que pueden perder el trabajo y en vez de tener más cuidado buscan su protección y supervivencia, desconectan sus afectos positivos y buscan empleo en otro lado, a veces tienen comportamientos de resistencia pasiva como tortuguismo o descuidos que pueden causar más problemas. 

Asimismo, la especialista menciona que los buenos jefes y líderes buscan conversaciones que contribuyan a la reflexión y al aprendizaje, ayudan a las personas a hacer las cosas de manera diferente y a prevenir los errores, conversan desde el nivel cerebral de neocortex y proveen sentimientos de seguridad y afecto; saben que este tipo de acciones ayudan a que las personas acepten los cambios, se involucren y hagan suyas las preocupaciones de los jefes. 

"Recientemente se descubrieron las neuronas espejo, que son responsables de la empatia y la identificación con los demás. Gracias a este descubrimiento entendemos por qué las emociones se pueden contagiar de jefes a colaboradores, cuando son positivas sin duda ayudan al dinamismo organizacional. Se ha planteado que hablar de las emociones necesariamente conduce a hablar de mente y cuerpo, pero la separación de estos elementos es irreal, porque somos una unidad indivisible", concluye Pilar Moreno. 

"Los buenos jefes y líderes buscan conversaciones que contribuyan a la reflexión y al aprendizaje, ayudan a las personas a hacer las cosas de manera diferente y a prevenir los errores..." María del Pilar Moreno Consultores en Neurociencias y Desarrollo Humano /Reforma

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