El Pulso Laboral

Lunes 25 mayo 2015

02:30 pm

Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social

Desde un hospital Covid-19

Por: Redacción/El Pulso Laboral

La doctora Nelly Moctezuma sale cada mañana de su casa con la convicción de que va a una guerra que no puede perder; su familia la espera de regreso.

“Lo que vemos es muy doloroso”, confiesa. Ella trabaja en el Hospital General Regional No. 1 en la Ciudad de México. Todos los días, en la zona en la que se encuentran los enfermos con Covid-19 se enfrenta a las dos caras de la existencia humana: la muerte y la vida.

“La primera cara amenaza todos los días. Su presencia es constante, el virus ataca a nuestros derechohabientes. La frustración de perder a un paciente es grande, golpea el corazón.

“La segunda cara se disfruta: es el gozo de salvar vidas”, señala.

La guerra contra Covid-19 tiene tal magnitud que, como Nelly, otros héroes de batas blancas, cofias, y demás personal de la salud experimentan múltiples sentimientos encontrados.

Miedo, cansancio, dolor, tristeza, gozo, orgullo y satisfacción se conjugan entre sí, exaltando un sentido de unidad y de equipo entre los trabajadores del IMSS en este combate monumental.

Damaris Yadira Cárdenas, Enfermera Intensivista del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI, asegura que la guerra desgasta al personal de salud.

“Tenemos que ponernos trajes especiales; el ritmo es vertiginoso, no paramos. Los minutos sin acción son la diferencia entre existir y no existir”, comparte.

Para Bernardo López, Médico Intensivista del Hospital de Especialidades del CMN Siglo XXI, la experiencia es única. Asegura que es una oportunidad que da sentido a su profesión. Le permite ayudar a los que padecen esta terrible enfermedad.

“La lucha es agotadora. Es cansado portar el equipo de protección personal, sin embargo, sabemos que eso nos cuida; permite defender a la sociedad que sufre esta pandemia”, apunta.

Para muchos, esta inesperada experiencia profesional sacude el alma. Ana Sosa Vázquez, Auxiliar de Enfermería General del CMN Siglo XXI, asegura que la vivencia es extraordinariamente intensa.

“Duele ver a pacientes que no pueden respirar, deprimidos, desesperados por estar lejos de la familia”, afirma.

A pesar de ello, destaca la aportación humana del personal del IMSS:

“Alentamos a los enfermos a que no desfallezcan en su lucha por sobrevivir”.

Una guerra como la que se libra, dice María Fernanda Armenta, Residente de Endocrinología del Hospital de Especialidades de CMN Siglo XXI, te vuelve mejor persona.

“Experimento miedo, cansancio, ansiedad, tristeza, dolor de ver a nuestros pacientes en condiciones muy difíciles. Te vuelves más sensible, creces como ser humano”, comparte.

Ernesto Juárez, Neumólogo, asegura que en esta emergencia sanitaria el sentido de pertenencia al Seguro Social se fortalece y provoca una solidaridad entre compañeras y compañeros que no había visto.

“Entré con miedo, pero estando aquí se me quitó. El temor no tiene espacio. El tiempo apremia si queremos salvar vidas. Hay un ambiente de solidaridad: medicina interna, terapia intensiva, nutrición, limpieza e higiene, camilleros, ambulancias...; estamos unidos todos”, destaca.

Para el personal de salud que se encuentra en la llamada “zona cero”, lo que se vive y se ve ahí los obliga a mandar un mensaje contundente a la sociedad mexicana.

Elena Cardiel Teherán, Enfermera de Piso de Urgencias del Hospital General de Zona No. 8, pide: “Cuídense. Nosotros queremos regresar a casa, abrazar a nuestros padres, hermanos e hijos. Ayudémonos todos y acabemos con esta pesadilla”. 

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