El Presidente Andrés Manuel López Obrador se hizo presente en la mina Sabina, en Coahuila donde 10 mineros se encuentran atrapados desde hace seis días luego de que una perforación de una pared generará una inundación y tumbará un pozo de carbón. 

Han pasado más de 120 horas y no han podido sacar a ningún minero a pesar del impresionante despliegue de equipo y fuerza humana trasladada al lugar para el rescate, sin embargo los niveles de agua no han permitido la entrada de buzos especializados. 

Los familiares de los mineros, ahí apostados a un costado de la mina, con rezos, misas y veladoras, imploran un milagro para volver a ver a sus seres queridos. 

Su esperanza se acrecentó cuando a lo lejos vieron llegar al Presidente. De inmediato corrieron presurosos a su encuentro, que duró segundos, pues  fuerzas federales los alejaron. 

Comenzaron los jaloneos. Los gritos y las mentadas de madre. Mientras, el Primer Mandatario del país, escuchó un parte de los responsables del rescate. Al culminar el informe, que duró minutos, López Obrador salió presuroso del lugar. 

En tanto, los 10 mineros en el fondo de la mina, atrapados. Nadie sabe si vivos o muertos. El tiempo avanza y la posibilidad de subirlos a la superficie sanos y salvos se esfuma.