A ocho meses del nuevo salario mínimo, con un aumento de 88.36 a 123.22 pesos por jornada laboral, la percepción del mexicano ante un mejor panorama, en relación a sus finanzas personales, se ha visto empeorada a causa de la pandemia del COVID-19.
“Cuando empezó el año si pensé que nos podría ir bien, me acuerdo que se anunció lo del aumento del salario y en la cafetería si se vio reflejado, pero el gusto nos duró bien poco con la pandemia”, platica Enrique Hernández, bartender en una cafetería al sur de la ciudad.
De acuerdo al último reporte de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, al 42.5% de los mexicanos no le alcanzó el dinero para cubrir el total de sus gastos con sus ingresos. Además, este cuadro se vio empeorado por la crisis sanitaria de este 2020 que desembocó en una implacable caída económica.
“Las micro, medianas y también las grandes empresas estarán al cuidado de recuperar las pérdidas que tuvieron a causa de esta pandemia y esto será un detonante muy alto para toda la gente que esté buscando trabajo”, señala Germán Salazar, gerente general de una empresa de telecomunicaciones.
En México, el costo de la canasta básica con ocho productos, es de 1, 543.65 pesos, y en relación con el salario mínimo vigente, este gasto representa el 50.4% del sueldo mínimo, reporta Picodi.
Sin embargo el reciente análisis de “La política social en el contexto de la pandemia por el virus SARS-CoV-2”, realizado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), para el segundo trimestre de 2020 el porcentaje de la población con un salario inferior al costo de la canasta básica aumentará de 37.3 al 45.8%.
“Afortunadamente la cafetería si me dio un apoyo durante la cuarentena y yo solo veo por mi mamá, por eso pudimos salir adelante con lo básico pero si tuviera hijos y esposa, la verdad no creo que hubiera podido salir de esta crisis”, asegura Enrique.
Por otro lado, Germán comenta que la experiencia de mantener una empresa a flote, fue un duro trabajo para los empleados pero sin duda los empleadores estiraron lo más posible sus finanzas para no tener bajas y al mismo tiempo cubrir servicios personales y empresariales, como luz, internet y agua.
“El panorama laboral para los próximos años es difícil debido a que mucha gente perdió su trabajo, muchos micro empresarios perdieron sus inversiones hechas para negocios nuevos. Hacer que los ingresos alcancen sí, será todo un reto pero sin duda mantener los trabajos y crear nuevos, lo será aún más”, asevera Salazar.
