Durante elL actual sexenio federal, la brecha económica regional se amplió, es decir, las estrategias para detonar al sur sureste del país no fueron suficientes para que los estados de esta zona salieran del rezago o comenzaran a mostrar una señal positiva. 

En el 2012, las entidades que registraron el mayor crecimiento económico anual fueron Chihuahua (7.4%), Puebla (6.3%) y Yucatán (5.8%), mientras el único territorio que presentó una caída fue Campeche (1.6%), de acuerdo con el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE) del Instituto Nacional de Estadísticay Geografía.

El primer año delpresidente Enrique Peña Nieto, el podio se integró por Quintana Roo (4.4% anual), Guanajuato (4.1%) y Chihuahua (3.7por ciento). El estado quintanarroense es la gran excepción del sur-sureste de Mé xico por su vocación turística, la cual se reflejó en su actividad económica. Guanajuato representó al Bajío y daba signos reales del potencial de esaregión (de cerca venían San Luis Potosí y Aguascalientes), y Chihuahua simbolizó la fortaleza de la frontera norte, marcada por la cercanía (dependencia comercial) con Estados Unidos. 

Contrario a lo ocurrido un año antes, siete entidades exhibieron descensos en su ITAEE: Puebla, Zacatecas, Chiapas, Tabasco, Baja California Sur, Coahuilay Tlaxcala. Dos estados sureños se sumaron a la brecha regional que tiempo después se ampliaría con mayor fuerza. Es importante mencionar que la tormenta tropical Juliette (28 agosto) impactó en Baja California Sur. Asimismo, se publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma en materia energética, el 20 de diciembre del 2013. 

El 2014 se caracterizó por el inicio del declive del sector petrolero. En la segunda mitad de este año el precio de la mez cía emprendió el trazo de una pendiente negativa, cuyos efectos se materializarían posteriormente. Las entidades con mayores aumentos en su actividad económica fueron del Bajío —otra prueba de su consolidación, apoyada por la industria automotriz—: Aguascalientes (10.5%) y Querétaro (8.0%); el tercer escalón fue de Zacatecas (7.0 por ciento). 

En ese año, únicamente dos economías descendieron: Baja California Sur (0.1%) y Campeche (4.7%); en la primera influyó elhuracán Odile, que destruyó la infraestructura estatal, mientras en la segunda emanaban los primeros indicios de la crisis petrolera, además de continuar rezagada desde años previos. 

Durante el 2015 los estados que lideraron el crecimiento económico del país fueron Baja California Sur (13.3%), que se recupero de los desastres ocasionados por Juliette y Odile; Querétaro (7.0%), con una apuesta fuerte a los sectores de autopartes y aeroespacial (de las ramas económicas con mayor flujo de capital extranjero), y Baja California (6.9%), cuya maquila sostuvo su dinamismo. 

Al otro extremo, la contracción del ITAEE se hizo presente en Tabasco (0.7%), Chiapas (1.6%) y Campeche (7.1%); a partir del 2015 y hasta la primera mitad del 2018, estos tres territo rios se ubican en terrenos negativos. El común denominador: el petróleo (en Chiapas, la pobreza es un factor histórico que ha mermado su economía). 

En el año de análisis, los precios promedio del crudo fueron los siguientes: WTI en 48.78 dólares por barril, Brent en 53.57 dólares y mezcla mexicana en 44.18 dólares; en relación con el 2014, las caídas superaron, en los tres rubros, el umbral de 45 por ciento. Por su parte, la media de la producción de petróleo crudo enelpaíspasó de 2.43 a 2.27 millones de barriles diarios entre el2014yel2015. 
Estos factores inciden directamente en aquellas entidades que dependen de la industria, como Campeche y Tabasco, donde la minería petrolera aporta 80.3 y 54.1% del Producto Interno Bruto (PIB) estatal, respectivamente. 

En menor medida, se encuentran Ve racruz (5.1% delPIB), Chiapas (3.6%) y Tamaulipas (2.9 por ciento). 

Para el 2016, Aguascalientes (9.8% anual del ITAEE), Quintana Roo (7.3%) y Sonora (5.9%) integraron el podio, manifestando la estrategia hidrocálida enfocada en fabricación de automóviles, camiones y autopartes (concentró 60% de la Inversión Extranjera Directa captada por la entidad enellapso 2014-2016). 

La economía quintanarroense se mantenía constante por las bondades de su vocación turística (su "peor" resultado en este sexenio fue un incremento de 3.7% en el 2014), mientras la táctica sonorense fue fabricación de automóviles y camiones, transporte de gas natural por ductos y minería de cobre. 

La actividad económica se desplomó enseis entidades: Tamaulipas, Guapas, Oaxaca, Zacatecas, Campeche y Tabasco ; cuatro estados petroleros de este grupo, la razón: se agudiza la crisis de la industria: WTI en43.27 dólares por barril (promedio anual), Brent en 44.99 dólares y mezcla mexicana en35.76 dólares . La media de producción del crudo llegó a 2.15 millones de barriles diarios. 

En mayo del 2016, Peña Nieto presentó el Programa de Reactivación Económica y Desarrollo Productivo para los estados de Campeche y Tabasco, acciones para incentivar la economía de la re gión: atender falta de liquidez de empresas; impulso a la inversión pública y al empleo enelcortoplazo,y promover diversiflcación sectorial. 

También comenzó el proyecto de Zonas Económicas Especiales (ZEE) —de largo plazo—, con la promulgación de una ley federal en la materia, cuya finalidad es reducir la brecha económica y social del sur-sureste con el resto del país, mediante el fomento de la inversión, la productividad, la competitividad, el empleo y una mejor distribución del ingreso entre la población. 

En el 2017, los tres primeros lugares de crecimiento fueron Baja California Sur (12.5%), Puebla (6.8%) y Guanajuato (5.3%); estos dos últimos empujados por el sector automotriz. 

El caso de Baja California Sur destaca porque en los dos últimos años de la actual administración federal se convirtió en la economía más dinámica del país, gracias al boom turístico que detonó a la construcción (infraestructura, hoteles, centros comerciales y vivienda). 

Zacatecas, Hidalgo, Durango, Tamaulipas, Veracruz, Tlaxcala, Chiapas, Oaxaca, Tabasco y Campeche redujeron su ITAEE; en esta ocasión cinco entidades petroleras. En este sentido, los precios del crudo se recuperaron ligeramente, aunque no fue suficiente: promedio de 50.87 dólares por barril del WTI, 54.74 dólares del Brent y46.39 dó lares de lamezclamexicana, pero laproducción de petróleo se ubicó por debajo de los 2.0 millones de barriles por día. 

En la primeramitad del 2018, los mayores incrementos de la actividad económica se dieron en Baja California Sur (19.6%), SanLuis Potosí (6.8%) y Jalisco (4.7%); disminuyeron Tabasco, Campeche, Chiapas, Durango, Tlaxcala, Chihuahua y Nayarit. 

Los precios de petróleo continúan re cuperándose, aunque aniveles inferiores de los registros del primer semestre del 2014 (arriba de 100 dólares por barril, la producción de petróleo se colo có por debajo de 1.9 millones de barriles diarios. 

En resumen, en el actual sexenio se amplió la brecha regional, consolidándose las entidades del Bajío, Baja California Sur, Quintana Roo, Yucatán, algunos estados de occidente y del norte, así como del centro del país (la capital y el Estado de México son las economías más grandes, por lo que sus tasas de ere cimiento no son muy elevadas). 

El sur-sureste (con las excepciones yucatecay quintanarroense) se sumergió en la depresión económica. 

Los resultados del programa de reac tivación del 2016 aún no se perciben y el proyecto de ZEE es a largo plazo, pero en éste ya hay avances y anuncios de inversión en algunas de las siete zonas con declaratoria. 

Las siete zonas son Lázaro CárdenasLa Unión, Salina Cruz, Coatzacoalcos, Puerto Chiapas, Seybaplaya, Dos Bocas y Progreso .Diversos actores de Chiapas, Campeche y Tabasco suman el capital que puede captar la reforma energética. 

Uno de los compromisos de la administración entrante de Andrés Manuel López Obrador es cerrar la brecha regional del sur-sureste; los primeros anuncios para tal tarea son el Tren Maya (abarcará cinco entidades), la recuperación del Istmo de Tehuantepec, modernización y construcción de refinerías y la creación —al igual que en la frontera norte— de una zona libre en Chetumal (con beneficios fiscales y el aumento al doble del salario mínimo). /El Economista